Tiene la misma ilusión por enseñar y sacar lo mejor de los alumnos que cuando empezó a trabajar. Este entusiasmo y vocación pueden ser la razón de que por tercer año consecutivo los alumnos de Consuelo Castro se proclamen los mejores de Europa resolviendo problemas, dentro del denominado Rallye Matemático Sen Fronteiras. En 2014 lo logró con un grupo de estudiantes de Ferrol donde daba clase (en 2004 ya había conseguido un segundo puesto en el Rallye) y en 2015 y 2016 ha repetido éxito con alumnos del instituto María Casares, donde tiene ya destino definitivo tras veinte años de enseñanza en Narón. Esta vecina de Os Regos que basa su secreto en "el trabajo en equipo", atribuye todo el mérito a los estudiantes.

-En 2015 usted coordinó al grupo de tercero de ESO del María Casares que ganó la final europea del Rallye y este año ha repetido éxito con un grupo de segundo. ¿Cuál es su secreto?

-Es que la filosofía de este concurso me encanta, se trata de trabajar en equipo. Puedes tener alumnos muy brillantes y otros menos porque lo que importa es sacar los problemas adelante entre todos. Se genera compañerismo, cooperación. No son todos alumnos de diez en Matemáticas pero todos aportan algo, unos serenidad, otros chispa, otros mayor capacidad de resolución de problemas...

-Usted no era la profesora de los ocho alumnos que acaban de ganar el Rallye en Toulouse (Francia).

-No, este año no les daba clase. Le dije a otro profesor, Luis Vázquez, que formase unos equipos y les dio unos problemas y de ahí se eligió a un equipo. Además de a este grupo de segundo coordiné a otro de cuarto que llegó a la final en Santiago pero allí perdió.

-¿Cómo entrena a estos alumnos para la competición?

-Sí, es un entrenamiento. De hecho los chicos me llaman la Guardiola del Rallye. Desde el 29 de enero han estado todos los lunes durante dos horas resolviendo problemas a la hora de comer. Ellos y yo con el bocadillo y haciendo entre quince y veinte ejercicios al día. Fíjate qué valor tienen, chicos de 13 años con tal compromiso de tener clase por la mañana y por la tarde y a la hora de comer hacer problemas. No todos quieren apuntarse al Rallye por este esfuerzo que supone. Estoy muy contenta. Es un grupo increíble que puede darnos muchas alegrías, tienen mucha técnica y funcionan muy bien como equipo.

-El mérito también es del profesor, que logra ilusionarlos y estimularlos de esa forma.

-No, todo el mérito es de ellos. Se lo pasaron muy bien haciendo los problemas y tenían un premio importante, cinco días en Francia, donde vieron museos, compartieron experiencias con otros equipos... Una niña era la primera vez que salía fuera de España y ver su cara de ilusión, con eso para mí es suficiente.

-Querrán repetir y concursar el año que viene, que ya estarán en tercero de ESO.

-Sí, ya me dijeron que quieren volver a participar. También la mitad de los que ganaron el año pasado fueron en el grupo de cuarto que llegó hasta Santiago, pero fallaron al faltar el espíritu de equipo. También les pasó eso a un grupo de Ourense donde todos eran de diez, pero al terminar no contrastaron el resultado entre todos, no pusieron el ejercicio en común, y no se dieron cuenta de un pequeño error.

-¿Fue difícil la final en Francia?

-Tenían 35 minutos para resolver tres problemas y lo hicieron en 15 minutos. Y otro ejercicio lo resolvieron en 37 segundos. Increíble. La verdad, los ejercicios en Francia eran más fáciles que los que hacen aquí. Uno de ellos el clásico de qué ángulo forman las agujas de un reloj a las 13.20. Yo les enseño trucos, estrategias, prácticas, y ellos resuelven los problemas por parejas y luego entre todos hablan, escuchan, confrontan y llegan a la conclusión correcta. Esta forma de trabajar en equipo les servirá también para la vida.