La devoción por Santa Ana, abogada de pobres y parturientas, tiene una antiquísima tradición en Mera. La primera capilla con la santa se remonta al siglo XVII: en 1663 se fundó la primera cofradía de Santa Ana. El oleaje con el tiempo deshizo la capilla y el terreno que la rodeaba por lo que la imagen fue trasladada a la iglesia de Maianca. Según la leyenda que cuenta la presidenta de la actual cofradía, Luisa Pereiro, Santa Ana se aparecía la gente diciéndole que quería volver a tener su propia capilla. Fue el conocido meracho O tío Xan de Benito el que pidió en Santiago una nueva capilla y el 22 de julio de 1883, sesenta años después de su desaparición, se levantó la nueva ermita. El año pasado la imagen de Santa Ana fue portada por primera vez por cuatro mujeres, todas madres, una tradición que se repetirá a partir de ahora. Tienen que haber tenido hijos entre las fiestas del año anterior y las presentes.