"(...) hay un monte nomeado Lixandre que sempre deu que pensar a nenos e vellos. Non se ten noticia de que se atrevera ninguén a entrar de noite naquela arboleda", relató el escritor Lugrís Freire en una de sus obras. El monte de Lixandre, que incluye esta zona propiamente dicha mas todo el entorno del castro en la zona de Quenlle, es el segundo pulmón de Sada junto con el humedal de As Brañas. En total suma unas cinco hectáreas de terreno barroso y era un bosque lleno de senderos y lianas, origen de leyendas de meigas y estadeas que aún recuerdan los más mayores. Lugar de zorros y jabalíes, en verano era un lugar muy visitado.