Mientras la piqueta amenaza a más de 160 viviendas en Suevos, Barrañán, Sorrizo, O Reiro y O Rañal, por estar afectadas por la línea de costa, llegando incluso al derribo de una casa en 2015, las fábricas y naves construidas en suelo rústico y dentro de la zona de dominio público en el denominado polígono de Suevos (parte de ellas con orden firme de demolición del Tribunal Supremo), están en trámite de legalización. El Ayuntamiento de Arteixo ha iniciado los trámites para realizar una modificación puntual de sus normas de planeamiento con el fin de que estas nueve hectáreas de suelo rústico de protección de costas en fuera de ordenación pasen a ser urbano y además consolidado.

El Concello siempre ha luchado para conservar este polígono construido al borde del mar. En el documento que ha enviado para el trámite de evaluación ambiental estratégica el estudio Monteoliva que lo ha redactado no menciona la sentencia del Supremo que ordenó demoler las naves ubicadas en lo que antiguamente fue el matadero de Mafriesa.

Se asegura que esta reclasificación es la mejor solución porque la otra alternativa sería desmantelar y derribar todo lo construido, lo que es "posible y viable técnicamente" pero que se rechaza porque supondría un elevado coste para el Concello, sin explicar por qué, si tendrían derecho a indemnización todos los afectados y sin indicar una estimación de ese supuesto coste.

La justificación de esta modificación, que se tramita después de lograr ya informe favorable de Costas a reducir la línea de servidumbre de 100 a 20 metros (lo que aún esperan los vecinos de los núcleos costeros), es el "fomento de la actividad económica" y el "mantenimiento de los puestos de trabajo", vinculados a las oficinas del antiguo matadero o la fábrica de harinas de pescado Ártabra, y que cifra en unos 200 empleos directos. Se destaca que sobre todo la Ártabra que fabrica piensos, es una "actividad absolutamente necesaria" en la actual "sociedad de consumo".

En total se prevé pasar de rústico a urbano consolidado unas nueve hectáreas de terreno que ahora forman parte del plan especial PE-3 que se proyectó como zona de suelo no urbanizable de protección de costas, y que en total suma unas 35 hectáreas. En el documento el redactor asegura que este polígono tiene todos los requisitos para tener esta clasificación al tener acceso rodado y todos los servicios (luz, saneamiento, agua, aceras).

Una de las condiciones imprescindibles para que sea suelo urbano es que debe estar dentro de la malla urbana. En este documento se asegura que el polígono, por sí mismo, ya forma una malla urbana, aunque es un núcleo alejado del resto de zonas pobladas.

La reclasificación no solo legalizaría las instalaciones actuales sino que permitiría construir más en parcelas aún vacantes, al borde del mar. Se reconoce que se conseguiría una "revalorización de las empresas", ya que de pronto pasarán a tener solares y no terrenos rústicos y una seguridad jurídica.

En este trámite el Concello asegura incluso que mantener estas naves tendría un "efecto positivo" en el paisaje porque se pueden "dignificar" las naves. El Plan de Ordenación do Litoral (POL) establece esta zona como de protección costera y de mejora ambiental y paisajística además de tipificarlo como "ámbito de recualificación".

El redactor de esta modificación de la normativa señala que para adaptarse al POL vale con la "retirada de edificaciones obsoletas" y evitar aumentar la ocupación. Incluye como medidas correctoras, una vez reclasificado este suelo como urbano, la de pintar las edificaciones o cubrirlas con colores de las "gamas de los grises, marrones y ocres oscuros". Se acepta que el Concello pueda exigir el derribo de construcciones en mal estado y también se oferta recuperar el último tramo del Rego de Suevos, que fue canalizado.

El polígono de Suevos nació en la década de los sesenta cuando el Gobierno del dictador Francisco Franco promovió los llamados polos de desarrollo para corregir desequilibrios industriales en zonas "atrasadas". En 1962 se implantó la primera fábrica que dio origen a Ártabra y en 1966 se autorizaron dos mataderos de carne, Mafriesa, cuyas instalaciones hoy son locales de almacenaje, logística, comercio y pequeña industria. Este polígono se desarrolló bajo el amparo de la ley del suelo 1956. El matado logró licencia del ministerio en 1966.

El Concello de Arteixo entre 2001 y 2003 otorgó varias licencias a Ártabra y las naves de Mafriesa.