El edificio número 50 de la calle Mandeo de Betanzos, en la carretera que lleva a Paderne, se empezó a construir hace una década y a día de hoy es una mole sin rematar, en la que entran personas para hacer botellón y también sirve de residencia a okupas. Ante esta situación, y también por el peligro que supone la posible caída de elementos aún en estructura, el Concello de Betanzos ha solicitado al propietario mayoritario, hoy en día el Banco Pastor-Popular, que tome "medidas de seguridad que impidan el acceso a la construcción".

El Ejecutivo quiere que el banco realice las obras para legalizar el inmueble de 53 viviendas adaptándolo al proyecto técnico que redactó el Concello de forma subsidiaria. La parte trasera del inmueble, que da al río, está en muy mal estado, con aspecto de venirse abajo y vecinos que viven al pie del inmueble tienen miedo de que se caiga algún día, después de que ya se desprendiesen piedras de un muro.

El Concello en 2007 precintó dos veces las obras de construcción por exceso de volumen y alturas al construir cinco plantas sótano cuando la licencia solo permitía tres. La segunda planta y el ático también tienen más superficie de la autorizada. En 2008 falleció un joven de 28 años mientras trabajaba en la obra de construcción.

La Axencia de Protección da Legalidade Urbanística paralizó la obra en enero de 2009, además de abrir expediente sancionador, porque los trabajos carecían de premiso autonómico y se ejecutaban en zona de servidumbre del río. A lo largo de ese año el Concello también paralizó hasta cuatro veces las obras.

El Ejecutivo municipal también trasladó el expediente a la Fiscalía. Los líos judiciales sobre este inmueble aún no concluyeron.