"Me dio un golpe y me quedé medio inconsciente, le pedí clemencia y ni me contestó. Me golpeó por todos los lados", relató ayer durante el juicio el hombre al que el exmarido de su novia lo atacó con un hacha en su vivienda de Vilarmaior en marzo de 2015. La víctima aseguró que consiguió huir tras darle un leve empujón a su agresor, quien resbaló con la sangre que había en el suelo. El procesado, para el que la Fiscalía reclama siete años y medio de cárcel por cometer un delito de intento de homicidio y otro de allanamiento de morada, reconoció que entró a la casa tras romper una ventana y que esperó en las escaleras a que su exesposa accediese a su interior porque quería "verla". El imputado alegó que golpeó al perjudicado, al que no conocía, porque pensó que iba a agredirle y negó que tuviese intención de matarlo. "Le di con el mango del hacha tres veces en la cabeza, pero ya no lo golpeé más. No quería matarlo, tuve miedo. Me dijo que quería ser mi amigo cuando estaba en el suelo y se me cayó el alma", señaló durante la vista oral, celebrada ayer en la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña. El sospechoso, que pasó varios días en el monte antes de ser localizado por la Guardia Civil, afirmó que se arrepintió nada más huir de la casa.

"Las lesiones que le produjo no tenían intencionalidad de causarle la muerte porque, si no, lo hubiese matado", destacó la abogada defensora durante los informes, al tiempo que subrayó que para su cliente, una vez que le asestó los golpes, hubiese sido "fácil rematarlo" debido a que estaba herido y a la diferencia de edad entre ellos -el procesado es más joven-. Los médicos forenses también defendieron que las lesiones carecían de "intensidad e intencionalidad" como para matar a la víctima. "Si hubiese querido matarlo, lo mataba", declaró uno de los forenses, quien negó que la enfermedad psíquica que padece le provoque agresividad. La letrada, que incidió en que el hombre sufre una depresión crónica desde que tenía 14 años, destacó que llevaba "varios días" sin tomar la medicación, lo que, según su versión, le provocó "una situación de ansiedad extrema y la ideación de que esa persona estaba ocupando su sitio, lo que le llevó a querer escarmentarlo". La abogada exigió al tribunal que lo condene por un delito de lesiones, en lugar de intento de homicidio, y que tenga en cuenta la eximente completa de alteración psíquica. Así, demandó que le impongan ingresar en un centro psíquico y no en prisión, donde permanece en la actualidad sin los cuidados adecuados, según su versión.