La Audiencia Provincial condenó a siete años y medio de cárcel al acusado de intentar matar con un hacha al compañero sentimental de su exmujer. El procesado, que tiene 50 años y antecedentes por cometer un delito de violencia doméstica y de género, acudió a las 12.00 horas del 27 de marzo de 2015 a la vivienda que compartía el afectado, de 73 años, con su exesposa, situada en Vilarmaior, con la intención de matarlo. El tribunal relata en el fallo que entró en la casa por una ventana que estaba abierta y esperó a que la víctima saliese del baño para golpearla "repetidas veces con el arma en la cabeza, en los brazos y en las piernas". El perjudicado cayó al suelo, donde los jueces consideran acreditado que trató de asfixiarlo. Aún así, la víctima consiguió empujarlo y salir al exterior del inmueble, ante lo que el procesado huyó.

El hombre necesitó asistencia médica y tardó 17 días en curar de las lesiones, 10 de los cuales estuvo incapacitado para realizar sus tareas habituales. Como secuelas le quedaron cicatrices en diversas partes del cuerpo que le ocasionan un perjuicio estético "ligero-moderado". El imputado reconoció los hechos durante el juicio, si bien alegó que no tenía intención de matar a la pareja de su exmujer. Así, sostuvo que entró en la vivienda porque quería ver a su exesposa. "Le di con el mango del hacha tres veces en la cabeza, pero ya no lo golpeé más. No quería matarlo, tuve miedo. Me dijo que quería ser mi amigo cuando estaba en el suelo y se me cayó el alma", señaló durante la vista oral. El tribunal, sin embargo, no se cree su versión. "Los datos objetivos demuestran, sin lugar a dudas, cual fue la intención del procesado", subrayan los jueces, quienes especifican en el fallo que el condenado viajó solo a la casa, entró por una ventana y se ocultó empuñando el hacha, con la que golpeó a la víctima en la cabeza, donde "fácilmente podía causarle heridas mortales". Además, destacan que en el transcurso "de la brutal agresión" intentó asfixiarla. "Sorprendentemente, la aterrorizada víctima logra escapar y sale al exterior de la casa pidiendo auxilio, momento en el que el procesado huye", señalan.

La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña reconoce que el sospechoso padecía un trastorno que afectaba "levemente" a sus facultades volitivas. Aún así, incide en que su inteligencia estaba "conservada" y que la supuesta desorientación que alegó que sufrió el día de los hechos carece "de respaldo objetivo", por lo que recalcan que no explica "la secuencia planificada y eficaz de una agresión que no se detiene ante el allanamiento de una morada ajena para perpetrar una agresión con intención homicida". El imputado, además de a siete años y medio de prisión, fue condenado a indemnizar al afectado con 1.950 euros.