"Estos días pasó a ver el castro gente de 70 o 80 años que jugaba allí en su niñez y casi no lo reconocían. Antes eran leiras. Y con la feria se está hablando mucho del castro, que muchos vecinos no sabían ni donde estaba", celebra el concejal de Cultura e Tradicións Populares de Cambre, el exdirector del museo del yacimiento romano, Ramón Boga. La primera feria castrexo-romana Galaicoi ya había cumplido su cometido antes de empezar: difundir el patrimonio arqueológico, histórico y cultural de Cambre. Ese triángulo que forman la iglesia románica, el yacimiento romano y el castro, situado en "la proa del barco que forma el centro de Cambre", asegura el concejal. Boga celebra que, aunque por ahora no se dispone de los fondos suficientes para un proyecto y un plan director de excavación y musealización del castro, la feria conllevó la limpieza del terreno que cubre la croa o zona de viviendas. "Quiero que quede limpio y el próximo año pretendo que se roce todo para que se vea el óvalo que forma", señala el edil, y asegura: "Es precioso. Los niños alucinan".

El castro que guarda la tierra de Cambre debió ser en su momento uno de los más importantes por su situación, que "domina el entorno" por su altura. "Desde el castro se ve todo el estuario del Mero y la ría. Ahora la tapan los árboles", detalla Boga. Prueba de la relevancia que debió tener el castro cambrés por su situación y sus conexiones "con Brigantium, con Lugo y con Santiago, que serían ya caminos castrexos", es el hecho que los romanos lo eligieran para crear una villa y los monjes, para construir un monasterio, del que hoy solo queda la iglesia románica. "Los romanos no ponían una villa donde no había nada. Querían cobrar impuestos. Y los monjes tampoco ponían un monasterio donde no había nada", afirma Boga.

"Y la clave de todo esto es el campo da feira. Tengo la teoría de que es el sitio central, donde se mercadeaba, se impartía justicia y los sacerdotes druídicos hacían sus ritos", explica el concejal e impulsor de la feria.

La amplia programación de Galaicoi, con numerosas recreaciones, espectáculos de fuego, talleres o actuaciones musicales, además de la adecuación del terreno del castro tras rozar y ubicar pallozas para comer y pasar el día, pretende servir de señuelo para que los visitantes reparen en las joyas patrimoniales de Cambre. Para ampliar la información sobre el castro, se ha ubicado un cartel con una recreación de cómo sería si estuviese excavado. Los visitantes pueden también informarse sobre los demás bienes en el museo del yacimiento romano, que este fin de semana ejerce de oficina de turismo para atender e informar a todos los interesados. El museo abre hasta medianoche, como los más de 60 puestos de artesanía ubicados en el centro.