El abandono ha agravado el deterioro de la fábrica de la luz, el edificio modernista diseñado por Rafael González Villar que da la bienvenida a los visitantes a la entrada de Betanzos. El emblemático edificio es prácticamente una ruina: la lluvia ha abierto un enorme agujero en el tejado, las paredes están desconchadas y cubiertas de pintadas, y las ventanas y puertas, destrozadas.

El inmueble, que aún hoy carece de protección, es titularidad de Gas Natural Fenosa. El Concello solicitó en marzo de 2015 a la empresa que ejecutase urgentemente "medidas de conservación y mejora del edificio" que, incidía, había sido diseñado por un arquitecto de renombre, autor de emblemáticos edificios de Betanzos y la comarca como las escuelas García Naveira o La Terraza de Sada. El Ejecutivo municipal alertaba además del riesgo que se derivaba de la cercanía de este inmueble a la zona escolar, por el riesgo de desprendimientos y también por la proliferación de maleza en el entorno.

A raíz de ese requerimiento, Fenosa limpió hace unos meses el entorno de la fábrica de la luz y realizó mejoras del cierre perimetral, pero sin adoptar ningún tipo de medida para recuperar el inmueble. El catálogo de patrimonio del Concello no incluye este edificio, por lo que Fenosa solo está obligada a adoptar las preceptivas medidas de seguridad. El Concello se dio por satisfecho con las labores que llevó a cabo la empresa. En un comunicado del pasado junio, el Gobierno local celebraba que Fenosa hubiese atendido su petición, limpiado el entorno del antiguo edificio y realizado mejoras en el cierre.

A consulta de este diario, el Gobierno local recordó que el plan general que quedó sobre la mesa protegía este edificio y criticó a la oposición por impedir su aprobación. El Ejecutivo no se plantea aceptar la cesión del edificio en estas condiciones para acometer su rehabilitación con fondos municipales. El abandono de la fábrica de la luz ha suscitado las críticas de los colectivos culturales y de la oposición, especialmente el BNG, que ha presentado varias mociones a pleno para que se adopten medidas dado el valor histórico y artístico del edificio.

El progresivo deterioro de la cubierta amenaza con provocar el derrumbe del inmueble sin que Concello ni empresa tomen medidas.