El embalse de Rexedoiro esconde dos puentes que quedaron sumergidos con la construcción del embalse que abastece de agua al polígono de Sabón hace 50 años. Uno de ellos fue el puente de Tabardón, que servía para cruzar el río Seixedo y comunicaba Oseiro con la zona de las playas. Uno de los vecinos de la zona, Manuel Rodríguez, asegura que fue "un atraco" porque tenían que haber construido otra estructura que sustituyese a la antigua.

Desde la construcción de la presa los residentes de Oseiro deben dar un rodeo por la rotonda de Sabón para después seguir por la avenida del Embalse hasta llegar a los arenales. Otro de los vecinos, José Manuel Vázquez González, recuerda todavía el año en el que se quedaron sin el puente. "Fue en 1966. Entonces tenía quince años", afirma.

La presa de Rexedoiro dividió Oseiro en dos. Casi toda la población de la parroquia quedó en el lado este del embalse y en la orilla contraria apenas quedaron un grupo de cuatro casas. La construcción del embalse también dividió la travesía de Sabón, que era la carretera que pasaba por el antiguo puente de Tabardón.

Otro de los vecinos, José Zas, indica que actualmente hay varias casas en el lado próximo a la playa de Sabón que están en esta travesía y que pertenecen a Oseiro pese a estar al otro lado del embalse. El puente sigue muy presente en la memoria de los vecinos que lo conocieron. Manuel Rodríguez asegura que este viaducto lo usaba "mucha gente" porque era el único camino de la zona.

A pocos metros del puente de Tabardón también quedó sumergido otro. José Manuel Vázquez González destaca que es el "hermano" del Ponte dos Brozos (situado en el río Bolaños) y recuerda que un año el nivel del agua acumulada en el embalse "bajó muchísimo" y se veía perfectamente la estructura.

El presidente de la asociación de vecinos Manuel Murguía, José Manuel Vázquez Bardanca, explica que la entidad ya ha solicitado en varias ocasiones la posibilidad de construir un puente sobre el embalse. En 2008 la asociación presentó un proyecto al Concello para hacer una pasarela de 300 metros que costaría 600.000 euros. La asociación también reclama que en caso de que no se pueda construir este nuevo paso sobre el embalse que se habilite al público el puente que ya existe a la altura de la central térmica. En la actualidad está cerrado porque hay instaladas unas tuberías por encima.