Cientos de personas disfrutaron ayer de la primera jira a Os Caneiros. La fiesta transcurrió con "tranquilidad", según informó Protección Civil al término de la jornada. Los efectivos no tuvieron que intervenir en incidencias relevantes durante la populosa romería. Ni tampoco Cruz Roja. "Fue muy tranquilo. Cero atenciones", destacaba ayer Inés Seijo, responsable del dispositivo. "Estamos sorprendidos, la verdad", confesaba.

La ausencia de incidencias contrasta con pasadas ediciones y con la elevada asistencia a la romería, superior a la de los últimos años, según las estimaciones de los efectivos desplegados en el campo.

Como en los últimos años, Os Caneiros discurrió a medio camino entre la tradición y la fiesta desenfrenada. Las embarcaciones engalanadas para la ocasión y las meriendas en familia o entre amigos río arriba transcurrieron paralelamente con el botellón de cientos de jóvenes a las orillas del Mandeo.

Durante los últimos años, sobre todo a raíz de ciertos altercados, el Concello y varios grupos de betanceiros han puesto en marcha varias campañas para intentar recuperar la esencia de Os Caneiros. No se trata de recuperar las modas y tradiciones decimonónicas, indican, pero sí de evitar que esta romería centenaria convierta en un macrobotellón.

No faltaron las pistolas cargadas de vino. Ni los chapuzones en las aguas heladas del Mandeo y los desgarrones en camisetas. El desenfreno convivió con la romería tradicional, la que añoran muchos betanceiros, que ayer disfrutaron de una jornada en familia o entre amigos ya sea en lanchas o en el campo.

Cien personas velaron por la seguridad de la jira, entre voluntarios, efectivos de Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil y sanitarios de Cruz Roja. Entre las escasas incidencias de la celebración, los efectivos dieron cuenta del precinto de una embarcación por parte de la Guardia Civil El buen tiempo animó la asistencia y, como es tradición, la fiesta estuvo amenizada charangas NBA y DGT. La fiesta prosiguió en Betanzos con una verbena en la plaza.