El Concello de Miño informó ayer que "una primera tanda de los afectados de Fadesa ha comenzado a cobrar". El Ejecutivo municipal celebra que se han pagado veinte sentencias por un importe próximo a los 1,6 millones de euros de los 12,5 pendientes.

Los primeros pagos para resarcir a los propietarios de los terrenos sobre los que se asienta la macrourbanización de Perbes llegan una década después de que el Concello aprobase el proyecto expropiatorio y transcurridos casi seis meses desde que el Estado ingresó al Concello el préstamo de 12,5 millones.

El retraso en proceder a los pagos ha engordado aún más los intereses que deberá pagar el Ayuntamiento. El Ejecutivo admite que cada día que pasa los intereses crecen en 900 euros, una cuantía que el PSOE eleva a los 1.400 euros. El Gobierno local no precisa en su comunicado cuándo pagará el total de la deuda principal a los expropiados. El Concello destaca en su comunicado que el procedimiento a seguir fue el recomendado por los servicios técnicos provinciales y municipales.

El Ejecutivo ha cambiado en varias ocasiones de opinión sobre el modo de proceder al pago a los dueños de los terrenos sobre los que se levantó la urbanización de Fadesa. Inicialmente pidió seis millones al Estado, luego aceptó los 12,5 de la deuda principal, después intentó renunciar a la mitad y finalmente, y tras las quejas de los expropiados, aceptó pagar los 12,5 millones. El Concello envió al juzgado el dinero para que procediese al pago, que meses después le fue devuelto por los jueces porque este trámite le corresponde al Consistorio.

El Concello todavía no ha aclarado qué medidas adoptará para garantizar la devolución del préstamo. El Ejecutivo rechazó la recomendación del anterior interventor municipal, que elaboró un plan de ajuste que recogía, entre otras medidas, subida de impuestos. El habilitado nacional recalcó que eran medidas "dolorosas" pero necesarias para saldar la deuda.

El alcalde, Ricardo Sánchez, insistía ayer otra vez que el Concello "hará sus deberes en ahorro en el gasto", pero "sin que suponga un perjuicio a los habitantes de Miño. El regidor ha dejado claro que no quiere subir impuestos, pero sigue sin concretar qué recortes hará y cuándo presentará el plan económico. El Ejecutivo confía aún en que el Supremo le reconozca como acreedor de Fadesa o que el Estado acceda a ampliar el plazo de devolución del préstamo.