La Xunta agota el mandato sin rehabilitar ninguna de las nueve viviendas del casco histórico de Betanzos que adquirió hace un lustro para "dar ejemplo". La Consellería de Vivenda sacó a licitación en vísperas de las elecciones generales la redacción de tres proyectos para recuperar tres de las casas con destino al alquiler social. En total, 59.124 euros. Esta aportación, dividida en tres anualidades, es la única que ha salido hasta ahora de las arcas autonómicas desde la adquisición de las viviendas en 2011.

La conselleira Ethel Vázquez visitó la zona en noviembre de 2015 acompañada por los concejales del PP y manifestó su esperanza de que las tres viviendas fuesen entregadas a la Xunta en 2017. La responsable autonómica evitó fijar plazos para la restauración de las seis viviendas restantes -y otra cedida- y apeló a la "situación prácticamente de quiebra" en que se encontraba Xestur y el Instituto Galego de Vivenda e Solo en 2009. La Xunta restó importancia al retraso en acometer la rehabilitación y destacó el "esfuerzo" realizado en adquirir las viviendas, que costaron en total más de medio millón de euros.

El argumento de la delicada situación económica de Xestur y el IGVS contrasta con una de las promesas electorales del PP, que anuncia ahora que creará un fondo específico para rehabilitar miles de viviendas en Galicia durante la próxima legislatura.

Un repaso por la historia de estas nueve viviendas de Betanzos permite entender el escepticismo con el que la ciudad encaja los anuncios de rehabilitación. En 2010, el por entonces conselleiro de Infraestruturas, Agustín Hernández, y la exalcaldesa María Faraldo firmaron un convenio por el que la Xunta adquiriría nueve inmuebles del casco histórico de Betanzos para su posterior rehabilitación para protección oficial.

El propósito inicial del Gobierno gallego era adquirir en varias fases entre 12 y 15 inmuebles en la zona vieja de la ciudad para su posterior rehabilitación y creación de viviendas de promoción pública, un modelo ya aplicado en el barrio de A Tinería, en Lugo. La Xunta se decantó por varios edificios de la calle de A Cerca y Clérigos. Su intención era comprar los "más apetecibles" para la iniciativa privada y "dar ejemplo" a los promotores.

La iniciativa supuso el primer rayo de esperanza para un casco histórico que languidece desde hace años. Sin embargo, transcurrido más de un lustro, las viviendas siguen apuntaladas y cubiertas por lonas para disimular la ruina. La Xunta ha agotado su segundo mandato sin acometer la rehabilitación de la primera de las viviendas.

A lo largo de los últimos años la reserva de partidas para acometer las obras ha visto mermado su peso en el presupuesto, salvo el pequeño impulso de 2016. De los 100.000 euros de 2013 a 48.699 en 2014 y 20.000 en 2015. La consignación aumentó en 2016, con la reserva de 224.000 euros.

Durante los últimos años, el Concello de Betanzos ha solicitado a la Xunta que reservase más fondos para las viviendas del casco viejo y que comenzase las obras. El PSdG-PSOE presentó enmiendas a los presupuestos de los últimos ejercicios para reivindicar más fondos; pero las demandas no calaron en el Gobierno gallego.