La Guardia Civil y el organismo Augas de Galicia investigan si el vertido producido en un afluente del Mandeo en la noche del pasado miércoles se debió al sabotaje de un camión que transportaba 25.000 litros de leche y que al parecer procedía de Portugal. Lo que sí está claro es que ayer a primera hora de la mañana ya aparecieron flotando hasta una veintena de truchas muertas y toda el agua seguía blanca.

El vertido se produjo en el regato de Carregal que desemboca en el río Deo que a su vez es afluente del Mandeo.

La Asociación Protectora de Pesca del Alto do Mandeo detectó a primera hora de ayer que las truchas muertas habían empezado a aparecer flotando en el cauce y destacó que en las próximas horas podrían aparecer muchas más. Todo el regato hasta el río seguía ayer totalmente blanco. Esta asociación tiene apenas dos meses de vida y se creó para proteger el tramo alto del Mandeo.

La hipótesis que vecinos de la zona, pescadores, Concello e incluso sindicatos agrarios manejaban ayer era la de un sabotaje en un camión de leche que había aparcado de noche en un establecimiento de alojamiento junto al paseo fluvial donde se produjo el vertido.

"Nos han dicho que hubo un boicot a un camión de Portugal, no se sabe de dónde venía ni a dónde iba, y tampoco si lo que se vertió era leche o suero", señaló ayer Javier Iglesias, responsable del sector de ganadería del sindicato Unións Agrarias.

El Ayuntamiento de Curtis, que presentó denuncia ante el Servicio de Protección da Natureza (Seprona) de la Guardia Civil tras ser alertado de este hecho, también confirmó que un camionero denunció que le habían saboteado el camión y que probablemente éste era el origen del vertido.

Desde la asociación de pescadores resaltaron que también les habían informado de que además de abrir la cisterna del camión, que cargaba 25.000 litros de leche, habían roto algunos faros del vehículo.

La asociación de pesca subraya que tienen constancia de vertidos "constantes" de diversa índole y entidad tanto del polígono industrial como de la cárcel de Teixeiro (desde su depuradora) pero nunca habían visto uno de este tipo, que ha teñido de blanco todo el río.