La investidura de Ricardo Sánchez como alcalde con 234 votos y el pacto de su partido de "auténtica izquierda" y el PP incendió las redes y los ánimos en Miño. Los comentarios vertidos durante esos días centraron ayer un juicio con momentos bochornosos. El motivo, la denuncia del regidor y la número 4 de su lista y esposa contra la concejala socialista Emma González y tres vecinos de Miño por delitos leves de amenazas y coacciones.

El alcalde y su mujer sostuvieron que fueron coaccionados por los cuatro denunciantes -tres militantes del PSOE y un exsimpatizante del PP- para que él renunciase a la Alcaldía y reclaman una indemnización de 3.000 euros para ella por daños morales y una multa de 1.080 euros por cada delito.

Una cita de La vida de Brian, concretamente la de "¡Raptaremos a la mujer de Pilatos, se la iremos enviando a trozos hasta que disuelvan el Imperio Romano y quede claro que no admitiremos chantajes!" y calificativos de "trepa, miserable y vendido", "mamarracho argentino" o críticas al tono "mafioso" de "la italiana" fueron algunas de las supuestas amenazas y coacciones a las que apelaron los denunciantes.

El alcalde y su número 4 y esposa, Patricia Mónica Maggiora, relataron que se sintieron "amenazados" y que llegaron a "tomar precauciones porque tenían algún temor". Ella fue más allá y aseguró que el "clima de coacción" la llevó a atrincherarse un mes y medio en casa. "No salía ni a echar la basura", asegura. Maggiora declaró que estuvo a tratamiento y que llegó a temer "que echasen comida envenenada" a sus perros.

Ambos relataron que el día del pleno zarandearon su coche, aunque sin concretar quién, y que meses después el vehículo apareció rayado. "No puedo acusar a nadie porque no tengo pruebas", admitió la denunciante, aunque insinuó que habían sido los socialistas. Lo único que dejaron claro es que estaban convencidos de que el PSOE "jaleaba a la gente" contra ellos. "Aún hace poco me amenazó una persona y creo que fue por las expresiones que se vertieron durante esos meses", sostuvo el alcalde.

El juicio dejó en evidencia las diferencias insalvables entre el alcalde y sus antiguos compañeros y "amigos" del PSOE. La vista se convirtió casi en un ajuste de cuentas en la que salieron a relucir nuevos reproches que los denunciantes no habían aportado en su demanda, como que a Maggiora la habían llamado "judía de mierda" y que intentaron agredirla durante el pleno, aunque sin especificar quién.

Los denunciantes, defendidos por la a su vez concejala Emma González, abogada de profesión, replicaron aireando comentarios que la denunciante había vertido contra ellos durante aquel mes y medio en que decía sentirse aterrada. Entre ellos, unos en los que llamaba "gitana de feria, vulgar y poca cosa" a la hija de la edil, "fanáticos" a los socialistas y en el que denunciaba supuestas irregularidades del PSOE y amenazaba con "encender el ventilador". "Estaba desesperada, me sentía acosada, tenía una crisis de ansiedad", replicó Mónica Maggiora.

Los denunciantes enmarcaron las descalificaciones en el contexto de la confrontación política y acusaron al alcalde de pretender "acallar las críticas". Emma González sostuvo que llamó a Ricardo Sánchez "trepa, vendido y miserable" por "engañar al pueblo de Miño" y pactar con el PP tras presentarse a las elecciones como la auténtica izquierda. Otro de los denunciados, marido de la edil Catalina Morado, alegó que escribió la cita de La vida de Brian para ironizar con la situación y que en ningún caso aludía a Mónica Maggiora por su ascendencia judía. Un vecino exsimpatizante del PP que fue denunciado por escribir "¿cuál es la solución? Propongo que los fusilen al amanecer", admitió que fue un "comentario desafortunado" con el que pretendía "sacar hierro" a la situación.

El alcalde llevó de testigo a su número 2, Manuel Lores, que ratificó su denuncia y aseguró "no tener interés ninguno" por favorecer a ninguna de las partes en el proceso, lo que provocó chascarrillos de parte del público.