Repsol encara la recta final de la tramitación del poliducto y las instalaciones anexas para la descarga de crudo en punta Langosteira tres años después de acordar el traslado del 60% de su actividad al puerto exterior. El Boletín Oficial de la Provincia publicó ayer el anuncio que abre el período de alegaciones a la solicitud de la autorización administrativa y al proyecto de ejecución de la canalización de 3,8 kilómetros que permitirá a la empresa transportar crudo, coque y azufre que, hasta ahora, se han movido desde el muelle de San Diego.

El trazado definitivo del poliducto que presenta Repsol se corresponde con el propuesto al inicio de la tramitación, en septiembre de 2015 con algunos retoques. Como informó este diario hace diez meses LA OPINIÓN, la compañía se ha decantado por una alternativa más próxima a la costa que la que recogía en la Declaración de Impacto Ambiental de 2001, que fue descartada para evitar el cruce con la carretera de Langosteira.

Los primeros treinta metros transcurrirán de forma aérea, para después soterrarse. El poliducto discurrirá prácticamente en paralelo a la carretera del puerto exterior y la de Bens, pasará por el este de Suevos, cruzará la CP-0503 en el entorno del campo de fútbol para después alejarse de la costa hasta su llegada a la refinería, dejando la planta de residuos a su derecha y la población de Nostián a su izquierda.

La canalización discurre por Arteixo (2,5 kilómetros) y A Coruña (1,3 kilómetros) afectará a 133 fincas de monte y pradera. Repsol incluye en el proyecto las dos tuberías para el transporte de crudo y otras nueve tuberías de transporte adicionales para ampliaciones futuras para el transporte del resto de los graneles líquidos que emplea la empresa y su progresivo traslado en un futuro. La compañía matiza que el funcionamiento de estas nueve canalizaciones no están incluida en el alcance del proyecto, pero que se incluyen ahora para evitar en el futuro el impacto correspondiente al abrir de nuevo las zanjas.

El proyecto definitivo presenta algunos cambios sobre la propuesta inicial. Entre ellos, la eliminación de una línea eléctrica y de una tubería que conlleva la reducción de la anchura del poliducto en dos metros a lo largo de todo el trazado. La ocupación definitiva será de 14 metros.

Repsol tenía previsto que la entrada en servicio de la terminal de punta Langosteira se produjese "como plazo máximo" en el mes de abril de 2018. Es el tiempo que estimaban Repsol y la Autoridad Portuaria y que hicieron público durante la firma del el traslado, el 14 de octubre del 2013. Un año después, la compañía solicitó al Puerto la concesión para trasladarse al puerto exterior, dos días antes de que se acabase el plazo de formalización de peticiones.

¿Cuándo arrancarán las obras? ¿Podrá cumplir Repsol los plazos fijados inicialmente?. Todavía es pronto para dar una respuesta. Fuentes de la Consellería de Industria, el departamento que coordina la tramitación de las preceptivas autorizaciones, explicaba ayer que los tiempos dependerán en buena medida de las alegaciones que se presenten ahora al proyecto.

Un recorrido por los pasos dados permite entrever la complejidad del proceso administrativo. Repsol presentó en julio de 2015 ante la Consellería de Industria el documento ambiental del proyecto. En diciembre de 2015, el órgano ambiental emitió un informe en el que concluía que era necesario someter el proyecto de poliducto e instalaciones auxiliares al procedimiento de evaluación de impacto ambiental.

La tramitación encara su recta final, pero todavía quedan varios pasos por dar. El primero, resolver las alegaciones y presentar el documento definitivo, que deberá obtener el visto bueno de Medio Ambiente y la correspondiente declaración de impacto ambiental. Una vez obtenido el dictamen favorable del órgano ambiental, el documento será remitido a Industria para que autorice el proyecto de ejecución y dicte la declaración de utilidad pública a efectos de la expropiación forzosa y el ejercicio de las servidumbres. Aprobadas las expropiaciones y el proyecto, Repsol podrá comenzar las obras, todavía sin plazo de ejecución estimado.

El proyecto definitivo incluye ya varias de las demandas plasmadas por escrito por los organismos durante el período de exposición pública del trazado inicial. Entre ellos, alrededor de sesenta medidas para minimizar el impacto y evitar daños en el patrimonio natural o cultural.