Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tras activarse en el año 2015 el nivel de alerta antiterrorista 4 (riesgo alto), después de los atentados yihadistas en Francia, Túnez y Kuwait, vigilan locutorios, restaurantes, cafeterías, teterías, mezquitas, oratorios y domicilios. Hasta 34.000 focos de radicalización musulmana tiene identificados en España el Ministerio del Interior, algunos de ellos en Galicia. Según el mapa elaborado en junio por el Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), organismo que depende de la Secretaría de Estado de Seguridad, en la comunidad gallega están controlados un total de 410 puntos de riesgo, el doble que los detectados en Asturias (210) y más del triple que los registrados en Cantabria (138).

Con la vigilancia de estos puntos marcados en rojo por los servicios de información e inteligencia españoles, el Ministerio del Interior trata de identificar los colectivos con mayor riesgo de sufrir una radicalización violenta y así poder actuar sobre ellos e intentar evitar la captación, adoctrinamiento o envío de jóvenes reclutados a Irak o Siria. A la cabeza del ranking en la comunidad, se colocan las provincias de A Coruña y Pontevedra, con 158 y 140 focos de radicalización. Lugo y Ourense presentan un índice mucho más bajo, con 75 y 37 focos, respectivamente.