La posibilidad de que un partido cambie el nombre del grupo municipal a mitad de un mandato es posible o no en función del ayuntamiento al que represente. Es la principal conclusión que puede extraerse de las conclusiones jurídicas contradictorias al que se han aferrado los ayuntamientos de Curtis y Betanzos para impedir o posibilitar respectivamente dos controvertidos rebautismos postelectorales, los del BNG y Compromiso por Galicia respectivamente.

La ausencia de una norma clara que dictamine si puede o no tener representación en un pleno un grupo con una denominación distinta a aquella con la que concurrió a las elecciones hace que se adopten decisiones diametralmente opuestas en municipios separados por escasos kilómetros.

El Concello de Curtis se opuso hace unos meses a la petición de los cuatro exconcejales del BNG Asembleas Abertas, que pidieron cambiar el nombre del grupo municipal y denominarse Asembleas Abertas a secas. El Consistorio apoyó su decisión en unos informes de la secretaria municipal y de la asesoría jurídica provincial que concluían que no podía tener representación en el pleno un grupo que no se hubiese presentado a las elecciones. El jurista de la Diputación advertía de que el cambio de denominación "podría constituir un fraude de ley" al "quebrar la racional correspondencia entre grupo municipal y partido de origen".

El funcionario provincial no dejó otra opción a los cuatro exediles del BNG que la de permanecer en el plenario como ediles no adscritos. El jurista fundamentó sus conclusiones en la ley de bases de régimen local y en diversa jurisprudencia del Constitucional que avala que los ediles que abandonen la formación por la que fueron elegidos "tendrán la consideración de miembros no adscritos".

El Concello de Betanzos, en cambio, sí ha permitido el cambio de nombre del grupo Compromiso por Galicia, que pasará a denominarse ahora Betanzos en Común. El asunto no llegó ni a debatirse. El Ayuntamiento se limitó a dar cuenta de un informe del secretario municipal que concluía que se trata de una "decisión interna del propio grupo municipal" que "no precisaría ser aprobada por ningún órgano municipal".

El funcionario sostiene en su informe que el asunto no dispone de una "regulación demasiada extensa" y que el Concello tampoco dispone de ningún reglamento al respecto. Para "mayor seguridad jurídica" y "garantizar los derechos e intereses legítimos de los integrantes de la formación", el secretario municipal de Betanzos solicitó al exedil de CxG que aportase la conformidad de, al menos, la mayor parte de los integrantes de la lista.

Las dudas jurídicas han provocado la paradoja de que a partir de ahora Alberte Muíño (ex candidato por CxG) sea concejal por Betanzos en Común mientras que Xosé Manuel Tomé y sus compañeros permanezcan como no adscritos en Curtis tras abandonar el BNG, que se opuso también al cambio de denominación. Sus componentes lamentaban ayer la ausencia de una norma que establezca claramente la posibilidad de cambiar de denominación e insisten en que, con independencia del nombre del grupo municipal, forman parte ahora de Asembleas Abertas. A secas.