La inseguridad en varios puntos viarios, los atascos y los peajes han llevado a vecinos y políticos de toda la comarca a plantarse a pie de carretera armados de pancartas y consignas. Finaliza un año marcado por las manifestaciones para exigir la eliminación de los peajes de la AG-55 y la AP-9, las protestas de Oleiros por las "promesas incumplidas de Fomento" de ampliar el puente de A Pasaxe y resolver los problemas de tráfico en la N-VI; las reclamaciones de los vecinos de Oza-Cesuras de mejoras en la carretera AC-840 y las consignas a pie del paso de cebra de Guísamo que ha registrado varios accidentes graves.

Algunas de las reivindicaciones pueden calificarse de históricas. Como la liberalización del peaje de la AG-55. Una antigua demanda que ha cobrado fuerza tras la decisión de Fomento de invertir 32 millones en unir el actual acceso a Langosteira con la tercera ronda en vez de eliminar el peaje de Pastoriza y que ha llevado al popular Carlos Calvelo a dejar sus siglas a un lado para capitanear una campaña de protesta.

Otra antigua reivindicación, la de ampliar el puente de A Pasaxe y mejorar la N-VI en el cruce de Sol y Mar, en Oleiros, han llevado a los vecinos, capitaneados por el alcalde, Ángel García Seoane, a cortar tres minutos el tráfico para instar al Ministerio de Fomento que construya una glorieta, entierre el tráfico e instale dos pasos elevados para peones en esta zona urbana. Su protesta fue apoyada por todos los alcaldes del Consorcio As Mariñas, que ven preciso que las mejoras en la N-VI vayan acompañadas de medidas que descongestionen esta vía. Entre ellas, una que fue reclamada sin éxito por el ente supramunicipal: la supresión o rebaja de los peajes de la AP-9 de Guísamo y Macenda.

Otro punto conflictivo de la N-VI es el que atraviesa Guísamo. Un accidente en el paso de cebra en el que resultó herido de gravedad un joven de 18 años avivó el malestar de los vecinos, que han celebrado ya cuatro protestas para reclamar más seguridad en este punto. El Concello de Bergondo ha reiterado a Fomento su petición que, de momento, sigue sin respuesta.

Las zonas rurales tampoco se salvan de los problemas viarios. Los vecinos de Filgueira de Barranca, en Oza-Cesuras, se han movilizado para exigir medidas que eviten los accidentes en la AC-840 y en Curtis reclaman desde hace una década mejoras en la N-634.