Eva Gómez vive en O Temple (Cambre) pero al menos una vez a la semana acude cargada de garrafas de ocho litros para llenarlas del agua que mana de una fuente en Perillo. "El agua del grifo no es muy allá, no la bebemos nunca. Mi suegra solo quiere ésta. Desde O Temple llego pronto y siempre que vengo siempre me encuentro gente nueva, a veces también hay cola para llenar las botellas. Las cargo en el coche y cuando llego a casa aviso y me ayudan a subirlas", cuenta Eva González, que tiene hasta una de esas antiguas damajuanas de vidrio con carcasa de plástico.

Mientras esta joven lleva sus botellas de esta fuente en la Rúa Barreira, antes de subir al alto de Perillo, dos hombres están a la espera de que termine para llenar las suyas. "Venimos una vez a la semana o cada dos semanas, simplemente porque está buena. La del grifo, no confiamos...", cuenta el de mayor edad. Vienen desde Santa Cruz a por el agua de esta fuente de piedra en la que el caño sale de la boca de un pez tallado. El chorro, normalmente abundante y muy frío, cae dentro de un pilón de piedra. "El agua de la fuente de Perillo está riquísima, siempre fresca, no la hay mejor", cuenta otra vecina sin detenerse en su marcha ligera empujando un carrito de la compra. "Aquí viene gente de A Coruña, O Burgo...", añade.

Las quejas sobre el mal sabor del agua que suministra Emalcsa a los concellos de la comarca son constantes desde el pasado mes de noviembre. Vecinos de distintos barrios de A Coruña pero también de O Burgo o Cambre, se han quejado de su sabor a tierra o a charla y su olor poco agradable, una circunstancia que podría vincularse con la menor abundancia de precipitaciones que renueven el agua del embalse. Emalcsa siempre ha garantizado que es agua potable, lo que ningún usuario duda porque sino habría un problema sanitario y una grave responsabilidad. Pero cada son más los que gastan dinero comprando agua embotellada y otros haciendo el esfuerzo de ir en busca de un buen manantial, como se hacía antes.

En Oleiros tiene mucha fama esta fuente de Perillo pero también la de Covo, de la que los vecinos afirman que "sabe como el agua de antes", está "riquísima". También fue muy utilizada hasta que el Concello alertó de que no era potable la que está en la zona de Río da Loba (que aún luce el yugo y las flechas).

Pero la fuente que se lleva más elogios es la de Canaval. El propio alcalde confesó que él va siempre a este manantial, hace muchos años, y llena también botellas. "Es agua pura, de calidad suprema", dijo en su día. El regidor incluso bromeó con la posibilidad de que el Concello pusiese una embotelladora allí. Su agua, si se prueba, efectivamente es como debe ser, incolora, inodora e insípido, lo que muchos vecinos de la comarca echan de menos en su agua del grifo.