El juzgado dio ayer una semana de margen a una mujer y su hija de 12 años para que abandonen el piso en el que residen en Miño, propiedad de la abuela paterna de la menor. La secretaria judicial, que se desplazó a la vivienda a las 11.00 horas para proceder al alzamiento, accedió a la petición de las afectadas, que estuvieron arropadas por integrantes de Stop Desahucios y del Gobierno local. El alcalde, Ricardo Sánchez, garantizó nuevamente una vivienda a madre e hija y avanzó que negocia una solución definitiva con la Xunta a través del programa de viviendas vacías.

El proceso de ejecución del desahucio provocó momentos de tensión por la presencia en la calle de enfrente del exmarido de la afectada, que acudió acompañado por la abogada de su madre. Integrantes de Stop Desahucios interpretaron su presencia como una provocación y algunos llegaron a enfrentarse a él al grito de "maltratador". La abogada de la propietaria sostuvo que fue ella quien solicitó la presencia del hijo para negociar un posible aplazamiento y para inspeccionar el estado del piso . El exmarido amenazó con tomar medidas ante las "falsas" acusaciones de malos tratos.