Cambás ha sido escenario en los últimos días de una vuelta a las raíces del hijo de una antigua vecina que emigró. El jurista asesor del Senado argentino Miguel Ángel Díaz Díaz ha vuelto a la tierra de su madre, Cambás, en Aranga, y ha querido traer un presente a los vecinos de la localidad donde se casaron sus padres. Díaz ha regalado a los parroquianos una pequeña imagen de la patrona de Argentina, la Virgen de Luján, que ha quedado colocada en el altar.

Díaz hizo entrega de la talla durante la misa de las doce y media, el pasado domingo, al párroco de Cambás, Luis Ángel Rodríguez Patiño. "En vez de la predicación, yo hablé de las raíces, de lo importantes que son. Puse como ejemplo un árbol para explicar que sin las raíces, se pudre, y hablé de que este hombre no se ha olvidado de las suyas. Y él también dijo unas palabras", relata el cura de Cambás. El párroco aprovechó la metáfora de las raíces para hablar de la corrupción, uno de los principales caballos de batallas del jurista, quien lucha porque la corrupción sea considerada un delito de lesa humanidad, para que no prescriba y quienes la cometan no puedan quedar libres de cumplir su pena si consiguen escapar a otros países. "Es un jurista de renombre, muy conocido en Argentina", reconoce el párroco.

Hijo de Moisés Díaz Freijomil, natural de Labrada, Lugo, y de María Díaz Lage, de O Toxiño, en Cambás, Miguel Ángel Díaz Díaz nació en el Centro Gallego de Buenos Aires.

La visita del jurista a la tierra de su madre es excepcional, ya que Díaz no suele visitar Cambás. "Yo llevo más de 30 años aquí y no lo conocía", asegura el cura, quien apunta que el visitante tiene más familia en la localidad, además de en otros puntos de Galicia: "Hoy [por ayer] está en Narón visitando a más familia". Rodríguez Patiño explica que Díaz se quedará por Galicia "hasta finales de mes".

El cura explica que supo de Díaz a través de Facebook. En un grupo de gallegos existente en la red social, el jurista creó "parroquia virtual". "A mí me nombró cura párroco", explica divertido Rodríguez Patiño. Estos días, Díaz disfruta de la tierra y la gente del lugar donde se crió su madre y donde se casó con su padre sin ordenadores de por medio.