Uno tiene que ir muy confuso para romper el escaparate de una zapatería y llevarse todo el calzado sin que en ningún momento se acuerde de que solo se exponen zapatos de un solo pie. Pero pasó, fue el pasado mes de septiembre en A Coruña y el hombre, de 34 años, fue detenido por llevarse 66 zapatos del mismo pie. También resultaría difícil de creer que un ladrón entre en una casa y además de llevarse joyas y maquinaria, cargue con 30 tomos de la Gran Enciclopedia Gallega, pero también sucedió en abril de 2014 en A Coruña, y éstos mismos amigos de lo ajeno se fueron después a Miño para llevarse de una vivienda fotos antiguas de la ciudad de A Coruña y un diccionario de inglés de 1922.

Estos ladrones no van a por el cobre, joyas o maquinaria, sino cosas más pequeñas, del día a día, incluso tiernas. En una casa en Bergondo sustrajeron un vaso, un cepillo y dos tomos del Quijote junto con un crucifijo; y en otra del mismo municipio un juego de ajedrez y dos walkies-talkies con sus fundas.

El último robo extraño en el área metropolitana ha ocurrido esta semana en Oleiros, donde se llevaron un árbol de tres metros de un parque público que se cierra de noche. Tuvieron que cavar alrededor del tronco y usar un camión o furgoneta para llevárselo. En Oleiros han sido muchas las sustracciones raras.

El alcalde, Ángel García Seoane, recordó ayer cómo hace unos años también se llevaron del parque Ibarrola un helecho gigante, una especie muy rara que valía "más de 3.000 euros", y también hace tiempo un vecino de Dorneda fue de noche a levantar el suelo de planchas de pizarra que colocó el Concello en la entrada del cementerio y las puso en su finca. "Le pusimos un pleito y perdimos porque no se demostró que la pizarra de su casa era la misma que la del cementerio, cuando un análisis ya revelaría que era la misma", declaró Seoane, quien también se ha quejado de que le han robado muchos años su cosecha de patatas y cebollas.

En diciembre de 2010 hubo una auténtica Oleada de robos en el concello Oleirense, pero solo se llevaban tres cosas de las casas: enanitos de jardín, macetas y mangueras. La urbanización Mesón da Auga fue la más afectada. El pasado septiembre la Policía sorprendió a dos jóvenes que se llevaban cierres de forja de las casas en A Pasaxe.

No son extraños los robos de tapas de registro y alcantarillas, pero en el caso de Oleiros, en octubre de 2013 la Policía Local logró detener a un vecino de Dorneda de 20 años que robaba las tapas de las alcantarillas para lanzarlas como si fuese un frisbee o un plato contra cristales de establecimientos para entrar a robar dentro. Lo hizo hasta 20 veces. En Oleiros esta semana también aparecieron en un aparcamiento de Iñás unos 250 kilos de carne y un montón de facturas, producto de un robo en una empresa cárnica en Betanzos.

Un grupo de cuatro extranjeros se llevó de una casa de Abegondo en 2014 un patito de metal, un enchufe, unas latas de conservas y jarrón junto con unos chorizos y una botella de whisky. En Curtis, en 2009, unos ladrones entraron en una nave municipal y además de la maquinaria se largaron con el todoterreno Nissan Patrol del Concello. En total, unos 15.000 euros de valoración. En una casa en Oza-Cesuras, alguien se lo llevó todo, desde los grifos hasta las ventanas, los canalones, mesillas de noche, un espejo e incluso las camas. Los cogieron y fueron condenados a tres años y medio de prisión en 2015.

En Curtis también alguien se llevó un trozo de barandilla, de las que se ponen al borde de la carretera cuando por debajo cruza un río. Ese día también se fueron con una puerta del campo de fútbol. En Oza-Cesuras también ha habido varias oleadas de robos, la del pasado mes de noviembre incluyó trece bombillas de las farolas municipales y dos estufas de pellets. En Arteixo en 2010 se llevaron las tuberías de las duchas de un campo de fútbol.

Otro robo curioso es el que terminó en detención hace muy poco, el mes pasado en el municipio de Sada. Un vecino de la localidad de 45 años, muy especializado, solo robaba figuritas de Sargadelos (cuando algunos incluso las regalarían). Llegó a juntar 130, valoradas en unos 25.000 euros en total.