El pleno que debía aprobar los estatutos del Consorcio As Mariñas y regularizar la situación del ente supramunicipal tras dos años en un limbo administrativo se saldó sin avances. Y con mucha bronca. Los tres puntos de mayor relevancia quedaron sobre la mesa para mayor estudio: los estatutos, la salida de Arteixo y la contratación de una auditoría del servicio de recogida y transporte de residuos.

Aunque la nota disonante fue nuevamente la de Arteixo, fue Oleiros el que dejó en el aire el futuro del Consorcio al arrogarse el derecho de decidir sobre estatutos y auditoría. Su alcalde, Ángel García Seoane, solicitó revisar algunos de los puntos de la propuesta de estatutos y recordó que le correspondería contratar a él la auditoría. El regidor recordó que la nueva ley de bases de régimen local establece que los consorcios deben quedar adscritos al ayuntamiento de mayor población, en este caso Oleiros. "La auditoría es una competencia de Oleiros y puedo hacerla cuando me salga de dentro. Aquí se está discutiendo el chocolate del loro. Yo soy el responsable del Consorcio ante la Administración. O la hace Oleiros o deshacemos el Consorcio. No quiero ser el Capitán Trueno de nadie, pero o dejamos este asunto sobre la mesa o la armamos", advirtió el regidor.

García Seoane no quiso entrar en detalles sobre los puntos conflictivos de la auditoría ni de los estatutos y emplazó al pleno a debatirlos en una reunión a puerta cerrada antes de tomar una decisión. El oleirense se mostró conciliador. "Vengo a unir", recalcó.

Su aviso caló en la mesa mucho más que la de su homólogo de Arteixo, que minutos antes amenazaba con impugnar los pliegos de la auditoría y que calificó la propuesta de los estatutos de "huida hacia adelante" para "esquivar las normas". "Con este cambio se cumple aparentemente la normativa, pero lo único que se hace es una adscripción formal a Oleiros, cuando lo correcto sería disolver el Consorcio y crear una mancomunidad, porque esta adscripción no respeta los principios de control directivo de Oleiros, que tiene que gestionar el Consorcio", adujo el arteixán. Carlos Calvelo acusó a los integrantes del ente supramunicipal de pretender sortear la mancomunidad para "imponer las mayores indemnizaciones posibles a Arteixo".

El presidente del ente supramunicipal, José Antonio Santiso, desdeñó las acusaciones del arteixán, y solo accedió a que los estatutos quedasen sobre la mesa a petición de García Seoane, aunque dejó claro su malestar por la demora en aprobar una fórmula que regularice la situación del Consorcio. "El asunto va a quedar sobre la mesa a petición del alcalde de Oleiros. Ahora bien, no se puede decir sí, no y todo lo contrario. No se quiso mancomunidad y ahora tampoco consorcio. Hay que aclararse ya por nuestro bien. Es como si no quisiéramos hacer absolutamente nada. No lo entiendo. Hicimos todos los cambalaches posibles y ahora hay que darle una vuelta más a la noria. Señores, por favor, sentémonos y hagamos lo mejor para los ciudadanos", pidió.

Santiso se mostró, con todo, conciliador con su homólogo de Oleiros. Aceptó sin aspavientos la propuesta de una reunión para analizarlos los estatutos y también que fuese Oleiros el que encargase la auditoría. "Nosotros encantados, Gelo", le respondió. Su tono fue mucho más duro con el alcalde de Arteixo. A lo largo del debate se hizo más que palpable la total falta de sintonía entre los dos populares. "Si usted se quiere ir, ¿por qué se tiene que meter a gobernarnos? Ya sabemos todos lo que quiere", espetó a su compañero de filas.

El primer desencuentro se produjo al hilo de la auditoría. El alcalde de Arteixo denunció que no incluían medidas para arrojar luz sobre el servicio y constatar posibles incumplimientos. Calvelo se mostró sarcástico y no dudó en cuestionar la profesionalidad de los redactores del pliego. "Podría haberla hecho un ingeniero o un médico", ironizó el arteixán, que se ofreció incluso a guiar al Consorcio en su elaboración. . "¿Quiere hacer usted los pliegos?. Ya sabemos que las cosas bien hechas solo se hacen en Arteixo", replicó Santiso.

A pesar que es más evidente la falta de sintonía de Calvelo con el resto de los integrantes del Consorcio, su marcha tendrá que esperar. El pleno votó ayer en contra de admitir a trámite su solicitud de abandonar el ente supramunicipal por estar pendiente a día de hoy el pago de una deuda de 71.000 euros por una liquidación de 2014. El regidor arteixán fue el único en votar en contra y acusó al Consorcio de utilizar esa deuda como excusa. Calvelo calificó de "barbaridad" que el Consorcio afirmase en u informe adjunto a la propuesta que podía prestar un servicio más barato que Arteixo.

El pleno desoyó casi todas las peticiones de Calvelo, salvo una: incluir una cláusula en el pliego para la contratación del transporte de rechazos que se aprobó ayer paradejar constancia de la próxima salida de Arteixo. La tensión subió de tono en ruegos y preguntas. Calvelo reclamó la dimisión del gerente por emitir un contrainforme sobre el servicio de recogida y cargó a gritos contra la alcaldesa de Bergondo por "filtrar" ese documento a la oposición de Arteixo, al que él no tenía constancia. La regidor defendió que solo había respondido a una solicitud de información a la que tenían derecho los integrantes de las corporaciones, El enfrentamiento caldeó el pleno. Alcaldes del PSOE abandonaron la sala sin esperar a que terminase Calvelo, El popular carralés no ocultó su enojo. "Parecemos niños", lamentó. La bronca siguió entre Santiso y Calvelo, que reiteró otra vez su intención de abandonar el Consorcio. "Pues vete, pero hay que saber marcharse", le replicó Santiso.