Tojo Miño Golf. Es así como algunos vecinos se refieren ya irónicamente a esta urbanización anunciada en su día como un paraíso de sol y playa y que desde hace años venden a la baja bancos y juzgados. La falta de mantenimiento salta a la vista. Parcelas cubiertas de tojos, bancos oxidados, bordillos rotos, hierbajos que se abren paso por las junturas de los adoquines y pasos de cebra que piden a gritos una mano de pintura.

La asociación de vecinos de Costa Miño Golf denuncia que el Concello todavía no ha ejecutado las mejoras a las que se comprometió en materia de seguridad vial y de mantenimiento. El presidente del colectivo, Domingo Calvo, explicaba ayer a consulta de este diario que siguen a la espera de la instalación de los badenes reductores de velocidad anunciados ya al inicio del mandato y de la brigada de limpieza que debería mantener en buen estado las zonas públicas.

Aunque cada vez más familias habitan en esta urbanización flanqueada de esqueletos, la falta de mantenimiento de las zonas comunas provoca en el visitante la sensación de adentrarse en una urbanización fantasma. El alcalde, Ricardo Sánchez, sostuvo ayer que esperan recibir en breve los badenes reductores prometidos y que tramita las obras de urbanización pendientes, en concreto la apertura de una calle, para recepcionar una zona verde a la entrada de la urbanización que pretende acondicionar para uso y disfrute de los vecinos. Prevé ejecutar las obras, valoradas en 450.000 euros, con cargo a los avales. El regidor avanzó también su intención de revisar el plan general para cambiar la ordenanza que rige el ámbito, en el que estaba previsto una gran superficie comercial y un hotel que quedó solo en papel. El Ejecutivo quiere ahora facilitar que se instale pequeño comercio.