Agujerear el tronco con un taladro e introducirle dentro un pesticida. Es un sistema de matar árboles que se ha hecho popular en el municipio de Oleiros vistos los numerosos casos ocurridos en los últimos años, y que siempre suceden con ejemplares que están frente a una casa o a un edificio, en zona pública, y que quitan vistas o dan sombra a las viviendas. El último caso ha tenido lugar frente a la rotonda de Santa Cristina, donde los operarios municipales han detectado que alguien utilizó este método para envenenar un tilo de unos veinte metros de altura y que según el Concello tenía "más de setenta años".

El alcalde, para frenar este tipo de atentados ecológico ideó el árbol de la vergüenza, una escultura de gran porte dedicada a los "arboricidas" y que ha colocado delante de los lugares donde ha sucedido un hecho de este tipo, e incluso frente a las casas de las que sospechaba que vivía el autor. Tras ver que este invento no funciona ha optado por un incentivo en positivo: ofrece una recompensa de 300 euros al que "aporte algún dato fiable que permita identificar al responsable del asesinato" del tilo de Santa Cristina.

El Ejecutivo municipal destaca que el nombre de la persona que ofrezca información sobre el posible autor permanecerá "en el anonimato". "Es evidente que el terrorista ecológico no vive muy lejos del lugar de los hechos", destacó el regidor, quien subrayó que este tipo de delincuentes que atentan contra el patrimonio público y el medio ambiente "deben ser localizados y sancionados".

Este ejemplar de gran porte está situado entre la rotonda y la rúa do Inglés, en el pequeño jardín que está junto a la entrada al parking. Es un árbol de gran porte y a su lado tiene otros tres aunque más pequeños. Detrás de ellos existe un edificio de viviendas.

Desde 2011 se han sucedido, contando este último de Santa Cristina, hasta 14 atentados contra árboles, usando pesticidas, herbicidas, alambres, machetas y taladros. Ni el árbol de hierro ni las amenazas de multa de hasta 6.000 euros del Ayuntamiento de Oleiros han logrado frenar estas actuaciones.

En 2011 se mataron con herbicida seis palmeras en Mera, delante de un edificio al borde de la playa. Ese año también se dañó a machetazos doce castaños en el parque de As Galeras y tres plátanos en Os Regos que fueron taladrados, el mismo sistema utilizado con un árbol en Viñas de Babilonia en 2013.

En Santa Cristina se envenenaron árboles en 2012 con alambre y pesticidas y en enero de 2016 se atentó contra cuatro ejemplares, dañándole la corteza. En 2015 se mató con pesticidas un liquidámbar en Xardín de Nós. El año pasado se agujereó con taladro un plátano casi centenario frente al colegio Cristo Rey en junio, y en noviembre se cortaron tres árboles de la acera en la rúa Xustiza.