Equilibrio, disciplina y constancia. Son tres de las cualidades que les han valido al alumnado de la escuela Sadanza el triunfo en la semifinal de un campeonato nacional. Y también las tablas para contener los nervios durante esos tres minutos en escena en los que se juegan meses de ensayos, tres minutos en los que la presión hace aflorar lágrimas. "Algunas incluso salieron llorando", relata Clara Losada, profesora de la escuela Sadanza.

Las lecciones de esta maestra, el trabajo en equipo, la sintonía que revela cada coreografía y la dedicación de sus alumnas y alumnos han tenido su recompensa. Nada menos que cinco primeros premios por coreografías grupales y cuatro medallas de oro en la semifinal que se celebró recientemente en Avilés. La escuela sadense arrasó en cuatro categorías: Ballet clásico, jazz, contemporáneo y fusión. Y con solo quince años, Yolanda Brandariz logró el primer premio en la categoría de fusión, en la que medía fuerzas con bailarinas y bailarines 15 a 25 años.

Los galardones por las cinco coreografías y los triunfos individuales de Yolanda Brandariz, Patricia Tenreiro, Clara Vidal y Ana Suárez-Llanos hicieron que el viaje de vuelta de Avilés durase un suspiro. "Están como motos, emocionadísimas", relataba ayer su profesora, Clara Losada. Ella tampoco puede ocultar el entusiasmo. Y, aunque no lo dice, su voz revela el alivio tras horas conteniendo el aliento a pie de escenario. Ahora toca recuperar fuerzas tras unos días de vértigo. "Nos levantábamos a las siete. Había días que no comíamos hasta las cinco, acabábamos rendidas y a las siete de la mañana vuelta a empezar", relata Clara Losada. Será un corto descanso. Ahora toca emplearse a fondo para la semifinal de Tarragona, que se celebrará del 5 al 7 de mayo. La competición coincidirá con la recta final del curso y las bailarinas y contados bailarines de esta escuela tendrán que compaginar los entrenamientos con los estudios. Es pronto para saber si los premios serán los primeros de una larga carrera, pero más allá del futuro profesional de los integrantes de la escuela Sadanza, nadie les podrá quitar lo bailado.