Ignasi Colomina se adentró en la danza casi por casualidad. "Mis padres me animaron a probar como opción escolar", relata este adolescente de Oleiros que ha sido seleccionado para formarse en la escuela de verano de la Royal Ballet School de Londres. Una nueva etapa que encara con ilusión tras estrenar sus primeras zapatillas hace siete años.

Ignasi tiene ahora 14 años y recuerda que era el único chico de su clase que a la salida del colegio se vestía el maillot para zambullirse dos o tres horas todas las tardes en el Lago de los Cisnes. Sus primeros pasos en el ballet fueron dubitativos. La curiosidad dio paso pronto a una pasión a la que dedica tres o cuatro horas diarias. "Ahora me fascina", afirma.

Este joven que compagina tercero de la ESO en el María Casares con las clases en el conservatorio de danza no acaba de creerse que en cuestión de meses pisará Covent Garden para estudiar en la escuela de una de las compañías más prestigiosas de ballet. "Fue una sorpresa", asegura. Este joven bailarín tendrá la oportunidad de realizar un "entrenamiento intensivo" que podría abrirle las puertas de la danza profesional, aunque él prefiere no hacer cábalas sobre su futuro . "Me gustaría, pero habrá que ver si tengo las aptitudes necesarias", dice con modestia.

Es consciente del sacrificio que supone hacer carrera en el mundo de la danza. Sabe que bailar no solo requiere coordinación, orientación espacial, destreza y gusto musical. El esfuerzo y la constancia son claves. Y el temple para que los nervios no te pasen una mala factura en el escenario. El esfuerzo es aún mayor si toca compaginar los entrenamientos con los estudios y sacar tiempo para quedar con los amigos y hacer planes en familia "Hace falta mucha organización y sobre todo ser constante", incide.

El entorno también vital e Ingasi agradece el apoyo que sus padres le han dado "en todo momento". Sus progenitores más que arroparlo, comparten su emoción. "Nos hace mucha ilusión", asegura su padre, que alaba la dedicación que pone su hijo a una disciplina agotadora. "Tiene ganas, voluntad y constancia y es muy exigente", destaca. Cualidades que, incide, le abrirán muchas puertas en su futuro más allá del escenario.