La construcción del mayor polígono industrial de Galicia y una urbanización de lujo son algunos de los macroproyectos que se anunciaron a bombo y platillo en Arteixo y que nunca despegaron. Uno fue promovido por la Xunta y el otro, por iniciativa privada. Siguen abandonados a la espera de que alguien los reactive tras muchos años. Mientras tanto la naturaleza recupera lentamente el terreno que perdió cuando se intentaron construir estos proyectos que ocuparon grandes extensiones de terreno.

El mayor fracaso lo protagonizó la Xunta con la construcción del polígono de Morás, que ocupa 1,5 millones de metros cuadrados que están totalmente vacíos. Lo anunció como "el parque empresarial más grande de Galicia". Las obras de urbanización se paralizaron en 2013 y desde entonces el Gobierno gallego no las ha retomado. Hace unas semanas anunció que este año ejecutará buena parte de los trabajos pendientes: la construcción de los viales interiores y el acceso a la autovía A-6 y la autopista AG-55.

Fue el Concello de Arteixo el que requirió la colaboración del Instituto Galego de Vivenda e Solo por la "necesidad de suelo industrial para responder a la demanda en el municipio", ya que Sabón se había quedado pequeño. El exalcalde Manuel Pose (PP) y el director de este organismo estamparon en 2001 sus firmas en un acuerdo antes de elevarlo a pleno. La Xunta llegó a vaticinar que el polígono de Morás sería "realidad en dos años". Por el momento no es más que una vasta extensión de tierra vacía, en la que han empezado a proliferar la hierba de la Pampa, más conocida como plumacho.

Otro de los proyectos frustrados fue la urbanización de A Penouqueira. Se trata de un monte que está situado justo delante del Concello de Arteixo y que es propiedad de la Xunta. Dispone de calles con sus correspondientes nombres y red de saneamiento. Lo que le falta son las viviendas.

El Gobierno autonómico urbanizó el monte hace ya un cuarto de siglo y hace más de un lustro intentó reactivar la construcción de viviendas a través del Plan Sectorial de Vivenda. Su proyecto de levantar 217 pisos protegidos se encontró con la oposición del Concello y con la de la propia orografía del lugar. Los accesos tienen una pendiente de un 20%. El Ejecutivo local insistía en aquel momento que se incumpliría la ley de accesibilidad. La Xunta también intentó vender los terrenos, aunque sin éxito. Mientras, el paso del tiempo no ha perdonado a esta urbanización de más de 33.000 metros cuadrados enclavada en pleno centro de la capital municipal.

A quí está el paraíso. Este es el eslogan que se puede ver en una valla publicitaria que anuncia viviendas de lujo en la segunda fase de la urbanización de Montegolf, situada en el Monte das Arcas. La promotora, Riofisa, nunca la construyó. Hizo las calles, habilitó el alcantarillado y también colocó las farolas, pero las viviendas nunca se materializaron. El lugar está abandonado.

La constructora presentó en 2001 un proyecto que recogía la construcción de 124 nuevas viviendas. Ejecutó un centenar en la primera fase y las restantes no se construyeron. El Concello de Arteixo declaró la caducidad de las licencias en 2009.