"El sargento del ojo de cristal me tiene harto. Es un veterano, lo que se dice un sargento chusquero, medio tocado por la bala que le atravesó el ojo. Con el otro, siempre mira de reojo. Cuando descubre la menor infracción del reglamento, se frota las manos de satisfacción y hasta se le eriza el bigotito de legionario. Solo al llegar, nos pusieron a todos en fila y a cantar el Cara al sol".

El premio Príncipe de Asturias de la Concordia Vicente Ferrer narraba así su paso en 1939 por el campo de concentración habilitado en la antigua fábrica de curtidos de A Magdalena. Su testimonio, recuperado por el exalcalde de Betanzos Vicente de la Fuente, es uno de los que esconde este barrio extramuros, que aguarda desde hace años un reconocimiento que se hace de rogar.

El pleno de Betanzos aprobó ayer dar un paso en la recuperación de la memoria de A Magdalena. Todos los grupos salvo el PP apoyaron la propuesta de Betanzos en Común de acondicionar en el entorno de la antigua tenería "un monolito que recuerde la función que llegó a tener esta fábrica como campo de concentración y los nombres de los 36 mártires por la libertad y la democracia", rescatados del olvido por el historiador Xesús Torres Regueiro y publicados en un artículo del Anuario Brigantino. El pleno aprobó también la petición del concejal Alberte Muíño de celebrar un homenaje anual "en la que oficialmente el Concello de Betanzos recuerde a los represaliados por la dictadura". Todos los grupos votaron a favor, salvo el PP, que se abstuvo y que alegó que "el futuro se construye desde el presente" y que "hay que mirar hacia adelante". El BNG manifestó su apoyo a la moción, pidió que se reivindicase también la figura de las personas que sufrieron la represión en el campo de concentración y recalcó que todavía queda mucho por hacer. PSOE y Betanzos Novo votaron a favor y este último grupo incidió en la necesidad de reivindicar a las personas "que dieron la vida por la libertad y la democracia".

La instalación del monolito supondrá un paso más en la recuperación de la memoria de A Magdalena. Del campo de concentración que albergó este barrio han dado testimonio presos y vecinos, como Vicente Ferrer y otros internos que dejaron constancia de la ayuda que recibieron de los betanceiros y de cómo depositaban libros, revistas o comida en los cestos que descolgaban por las ventanas.

Este es uno de los capítulos que asociación de vecinos de A Magdalena intenta rescatar del olvido. El colectivo recupera desde hace años retazos de la historia de este barrio extramuros que ha quedado encajonado entre bloques de nuevos edificios. Ha reunido fotografías antiguas y organizado encuentros con los residentes más longevos para que cuenten el pasado de uno de los rincones más singulares de Betanzos. Y también de los más desconocidos. Desde hoy, un poco menos.