La Xunta ha formulado la declaración de impacto ambiental del parque eólico Cordal de Montouto-Pando que promueve una filial de Fenosa Wind y que ocupará terrenos de Aranga y Guitiriz. El proyecto, valorado en 30 millones, prevé la ejecución de un parque de 33 megavatios compuesto por 11 aerogeneradores y una subestación transformadora.

El proyecto inicial recogía la instalación de cuatro aerogeneradores y una subestación que afectaría a un hábitat prioritario de Aranga, por lo que el Servizo de Conservación da Natureza advirtió de la necesidad de buscar localizaciones alternativas. En respuesta, el promotor presentó un proyecto modificado para aprovechar los cortafuegos y zonas de prado y relocalizar la subestación en una zona en la que hay una plantación de pinos.

Las modificaciones introducidas en el plan convencieron al órgano ambiental de la Xunta, que concluyó que "contribuirán a una mejor integración del proyecto con el entorno", pero que reclama aún así que se tomen las medidas necesarias para que el parque eólico "interfiera lo menos posible en la escorrentía de agua, ya que el hábitat prioritario es muy sensible a la disponibilidad de este recurso".

La Xunta supedita su autorización a este proyecto a que la empresa promotora tome medidas para minimizar el impacto de los aerogeneradores sobre la fauna, especialmente sobre especies amenazadas inventariadas en este área, como el aguilucho cenizo (cyrcus pygargus) y el aguilucho pálido ( circus cyaneus). La empresa deberá inspeccionar la zona antes de las labores de roza para comprobar si han anidado parejas reproductoras en la zona y, en caso afirmativo, establecer un perímetro de exclusión de unos 500 metros de radio en torno al nido. La Dirección Xeral de Conservación da Natureza solicitó también la inclusión de mejoras en el seguimiento de los posibles impactos por colisión de aves.

La Xunta destaca en su declaración ambiental que la zona en la que se plantea el parque eólico no ostenta ninguna figura autonómica o estatal de protección de espacios naturales, pero que el hecho de que afecte a un hábitat prioritario y que esté ubicada en la denominada zona tampón de la reserva de la biosfera obliga a extremar las precauciones.

La compañía deberá también tomar una serie de precauciones demandadas por la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural, dado que en el ámbito existen varios elementos de valor arqueológico, aunque ninguno de ellos estaría afectado directamente por este proyecto.

La Xunta obliga, en concreto, a realizar un seguimiento arqueológico durante las fases de replanteo, de ejecución de la obra y de restitución de los terrenos en todo el ámbito del parque eólico. Previamente al inicio de los trabajos, la empresa deberá elaborar un proyecto arqueológico que tendrá que ser autorizado por el organismo autonómico.