El Ayuntamiento de Cambre, solo durante el pasado mes de abril, denunció a una veintena de propietarios de perros por no recoger las defecaciones de sus mascotas en la vía pública, por entrar con animales en parques públicos y por circular con ellos por la calle sueltos, sin correa. El Gobierno local llevó a cabo el mes pasado una campaña de vigilancia del cumplimiento de la ordenanza municipal de animales después de haber recibido muchas quejas vecinales sobre perros sueltos en parques infantiles o que defecaban sin que los dueños recogiesen sus excrementos como es obligatorio según la ordenanza. La no recogida de deposiciones es una infracción leve, entre 30 y 300 euros.

Agentes de policía de paisano estuvieron esas semanas vigilando los espacios públicos para detectar este tipo de conductas, que observaron incluso en zonas donde expresamente había señales que prohibían la presencia de perros.

La Policía Local además denunció en tres ocasiones a una vecina por dar de comer a las palomas en la vía pública, en la calle Curros Enríquez de O Temple. Esta conducta, según el Ejecutivo local, provocó que se formase en la zona una "colonia considerable de palomas que causa daños y suciedad en la calle y en los edificios lindantes".

Las zonas en las que se incrementó la vigilancia fueron en los parques y las zonas verdes de O Temple (parques Fernando Buesa, Ramón Barba, Manuel Lugrís y Francisco Rodríguez además del paseo marítimo), y de A Barcala (calles río Miño, río Gándara y Río Sil).

Cambre fue uno de los primeros municipios en intentar conciencia a los vecinos de la importancia de recoger los excrementos de la calle. En 2002 instaló unos expendedores de bolsas de plástico y cartón, denominados Kioscán, en zonas como Cambre, O Temple y A Barcala. En otras zonas de la comarca coruñesa, como Sada, también se colocaron expendedores similares, denominados Pipican, en 2008. Sin embargo, estos expendedores poco después se eliminaron.