El Concello de Arteixo ha abierto el nuevo parque de O Seixedo después de cuatro meses cerrado desde que se acabase la obra. El concejal de Obras y Servicios Municipales, José Ramón Amado, ha tomado esta decisión debido a que había gente "subiendo las vallas y entrando" al lugar, con lo que para el edil la mejor opción era quitar las vallas y permitir a los vecinos acceder al recinto.

La construcción del parque terminó en diciembre. El Concello decidió mantenerlo cerrado porque debía acometer la construcción de los nuevos accesos, que en la actualidad siguen sin realizarse (puede entrarse por varios caminos de tierra). Ahora el Gobierno local ha rectificado y permite acceder al parque. Este nuevo espacio público está situado entre la avenida Manuel Platas Varela, la rotonda de Sabón y la carretera que permite acceder a la autovía del Noroeste, la A-6. Mide 3.537 metros cuadrados en total (aproximadamente la mitad que el campo de fútbol de Riazor). El Concello adjudicó la construcción de esta zona verde a la empresa Erfinco por un importe de 220.000 euros, según aprobó la Junta de Gobierno local en septiembre. La Consellería de Infraestruturas e Vivenda aportó 125.000 euros mediante una subvención para sufragar la construcción de este espacio.

El concejal de Obras y Servicios municipales anuncia que el Concello habilitará un nuevo acceso que partirá de la rotonda de Sabón y que llegará al parque de O Seixedo. También asegura que próximamente firmará un convenio con un constructor que ha aceptado ceder un terreno colindante con la zona verde, con lo que el Concello podrá construir un aparcamiento al lado de esta zona verde.

Acceso improvisado

En el parque también está situado el acceso a la pasarela peatonal que permite cruzar al área recreativa de O Seixedo. Este paso elevado también está cerrado a la espera de que Unión Fenosa realice el traslado de una línea de media tensión que está ubicada a pocos metros de la pasarela, según indica el concejal de Obras, José Ramón Amado.

La pasarela tiene habilitada una rampa en el lado más próximo a Vilarrodís y le falta en el extremo del área recreativa. Los vecinos han ideado una solución improvisada para poder utilizar este paso elevado: han puesto un trozo de hormigón y un contenedor para poder cruzar de un lado a otro.

Esta pasarela se desmontó en 2013 para reformar la rotonda de Sabón y el Concello la reinstaló a principios de 2016. Desde entonces sigue cerrada.