El tilo de 70 años situado a la entrada de Santa Cristina ha sufrido un nuevo ataque. El Concello solicita colaboración vecinal para averiguar quién ha vuelto a envenenar al árbol, al que operarios municipales habían colocado vendas para curarlo del ataque anterior.

Un "individuo" retiró las vendas puestas en el tilo por los trabajadores del Concello y volvió a introducir veneno para intentar secar el ejemplar, de unos veinte metros de altura, situado en la zona verde existente entre la rotonda del dolmen y la calle del Inglés, a la entrada de Santa Cristina. El Ayuntamiento sospecha que el "delincuente ecológico" es "un vecino".

"Este tipo de delincuentes, que atacan contra el patrimonio público y el medio ambiente, deben ser localizados y sancionados. Por eso desde el Concello se solicita colaboración vecinal para dar con el individuo que intenta secar este árbol", manifiesta el Ayuntamiento.

El tilo sufrió su primer ataque a mediados del pasado mes de marzo. Él árbol fue taladrado y envenenado, informó entonces el Ayuntamiento, que ofreció 300 euros de recompensa a quien pudiera facilitar pistas para dar con el responsable. A la oferta de recompensa inicial, el alcalde, Ángel García Seoane, sumó después otros 300 euros de su propio bolsillo en su empeño por dar con el "delincuente ecológico". El regidor garantizó el anonimato a quien ofreciera alguna pista sobre la autoría del ataque al árbol.

García Seoane sostuvo ya entonces la teoría de que el responsable de los hechos era un vecino de la zona en la que se ubica el tilo. "Es evidente que el terrorista ecológico no vive muy lejos del lugar de los hechos", destacó el regidor.

Días después del primer envenenamiento y contra los peores pronósticos iniciales, el Ayuntamiento confirmó que podría salvarse al tilo. Tras ser inspeccionado, el Concello informó de que parece que el veneno no logró penetrar en el tilo al tener un tronco muy grueso. El hecho de que le hubieran salido hojas nuevas fue interpretado como un síntoma de que el ejemplar podría sobrevivir. En esta ocasión, el Ayuntamiento no aclara el alcance de los daños del nuevo ataque.