El Gobierno local de Cambre ha optado, por primera vez en los últimos años, por municipalizar el servicio de desbroces de caminos y fincas de titularidad municipal. El alcalde, Óscar García Patiño, sostiene que "la elevada insatisfacción constatada" provocó que se tomara esta resolución. "No queremos que nos vuelva a pasar lo de los últimos años, en los que recibimos cientos de llamadas quejándose del servicio. Por ello lo haremos nosotros con nuestros medios", afirma.

Tras las quejas recibidas en el Concello de vecinos sobre la deficitaria actuación de las concesionarias en los últimos años, los técnicos hicieron un seguimiento de las actuaciones y comprobaron que no se ejecutaban con arreglo a las condiciones del contrato, informa el Concello. De hecho, el Ayuntamiento asegura que se sancionó a varias de las empresas que prestaron el servicio en los últimos años.

Debido a estos informes el Ayuntamiento decidió que "la ejecución de este servicio se hará ahora con medios propios". Para ello, ante la "acumulación de tareas de los operarios de la brigada de servicios", se convocaron varias plazas de peones, conductores y albañiles para ampliar el número de trabajadores y, durante seis meses, hacer frente, entre otros trabajos, al desbroce de fincas y caminos públicos de titularidad municipal.

El coste del servicio en los últimos ejercicios rondaba los 65.000 euros anuales por lo que la municipalización del servicio "supondrá un coste similar, aunque hay que tener en cuenta que estos nuevos operarios realizarán otras tareas propias de la brigada", señala el Ayuntamiento. La concejal de Servicios, Elisa Pestonit, afirma que la decisión de realizar este servicio con fondos propios "pretende un mayor control y seguimiento sobre los trabajos con el único fin de mejorar el servicio". La brigada llevará a cabo dos rozas. La primera comenzará el próximo mes de junio y la otra se realizará durante el otoño.

El de desbroces es el primer servicio que municipaliza Cambre. El Concello baraja también asumir la gestión de la piscina de A Barcala o el agua, aunque las restricciones del Gobierno estatal en la contratación de personal lo dificultan.