Una comitiva de diputados de la comisión de Cultura del Parlamento con representantes de todos los partidos, salvo del BNG que disculpó su ausencia, recorrió ayer el pazo de Meirás. ¿El motivo? Comprobar si los herederos del dictador Francisco Franco, cumplen el régimen de aperturas que establece la ley de patrimonio.

La visita fue solicitada por el PSdeG al constatar que el teléfono de citas estaba inoperativo, una anomalía que fue subsanada tras las denuncias de la oposición y que llevó a la Xunta a abrir un expediente a los propietarios de este Bien de Interés Cultural. El recorrido de ayer coincidió con el aniversario de la muerte de la propietaria original del pazo, Emilia Pardo Bazán. Fue un tour exclusivo para los políticos en el que no se permitió participar a los periodistas. Su paseo comenzó con un chaparrón y acabó con un aluvión de críticas.

La diputada Concepción Burgo acusó a los Franco de realizar "una lamentable manipulación histórica" con su gestión de los itinerarios. La socialistas denunciaron a la salida que los recorridos estaban reducidos "al mínimo de lo mínimo", que los herederos del dictador solo dejaban ver "los jardines, el hall de entrada y dos salas", y que los guías se centraban en el papel de Emilia Pardo Bazán, "como si Franco nunca hubiese estado ahí". "Doña Emilia construyó el pazo y es una parte fundamental, pero también forma parte de la historia del corrupto régimen franquista", sostuvo a la salida la diputada a la socialista.

Concepción Burgo celebró con todo que tras la denuncia de su partido las visitas "se estén regularizando" en lo relativo a los días obligados de apertura (cuatro al mes) y anunció que exigirá que se abra también en agosto. "Ese mes cierra porque viene la familia Franco a hacer la portada del ¡Hola! desde donde insultan a todos los gallegos".

En Marea manifestó también su desacuerdo con la gestión del itinerario. "La familia Franco se toma a pitorreo las instituciones democráticas, el servicio que ofrecen es un desprecio a las instituciones", censuró a la salida el diputado Antón Sánchez.

El PP de Galicia se mostró mucho más comedido. César Fernández Gil se limitó a señalar a la entrada del pazo que acudía a la visita a solicitud del PSdeG y para comprobar que se cumplía el régimen de visitas. El diputado popular recordó que la Xunta había abierto un expediente a raíz de las quejas por supuestos incumplimientos y que, en función de los resultados, se propondrá una sanción o su archivo. El BNG de Sada, que lleva las riendas de turismo en el Concello, anunció ayer que se personará en el expediente y solicitará que se imponga a los Franco la máxima sanción por sus "incumplimientos reiterados" y por su "persistencia infractora".

Devolución gratuita

Más allá de la gestión de las visitas y del rigor histórico de los itinerarios, PSdeG y En Marea aprovecharon su presencia en la residencia de veraneo del dictador para demandar nuevamente la devolución de este pazo, que fue regalado a Francisco Franco tras ser adquirido con fondos públicos y donaciones forzosas, como incidieron desde el PSdeG y En Marea. El BNG, que no asistió al acto, ha reclamado insistentemente lo mismo.

"Fue el resultado de un expolio de fondos conseguidos a través de amenazas y miedo", recalcó ayer la socialista Concepción Burgo. En la misma línea, Antón Sánchez, reclamó "terminar con los privilegios de los Franco", recuperar la dignidad" y "dejar sin efecto un expolio". Los dos grupos lamentaron que el PP votase en contra en el Parlamento de la iniciativa de En Marea de exigir cambios en la memoria histórica que abran la puerta a la extinción de los títulos de propiedad que detentan los Franco sobre As Torres de Meirás.