"Me apunté porque soy muy guerrera y hay cosas que me indignan muchísimo", afirma María Cruz. Esta bergondesa espera inculcar en sus nietos el respeto al medio ambiente con su labor como voluntaria ambiental. "Recibes muchísimo más de lo que das", sostiene rotunda. Ella es una de las doce integrantes del grupo de voluntariado que ha puesto en marcha el Concello de Bergondo a solicitud de los vecinos.

Esta brigada verde será la encargada de concienciar a la población en la necesidad de preservar la biodiversidad de este municipio rural castigado por los vertidos, la proliferación de especies exóticas invasoras y las escombreras ilegales.

Sus integrantes recibieron ayer de manos de la alcaldesa, Alejandra Pérez, los diplomas que les acreditan como voluntarios tras participar en el curso impartido por el biólogo Martiño Pérez Rendo. Les ha costado lo suyo ganarse el título. Estos doce vecinos se han arremangado para retirar la basura de las playas; han recorrido el monte para conocer las especies autóctonas y los métodos para erradicar las invasoras; han aprendido los rudimentos del reciclaje y hasta han tenido tiempo para construir pequeños refugios para los pájaros.

Son un grupo variopinto. Hombres y mujeres de distintas edades y profesiones unidos por su decisión de dedicar parte de su tiempo a cuidar su entorno más próximo. La mayor parte son activos sociales de Bergondo. Integrantes de colectivos vecinales, comisiones de fiestas o entidades benéficas... Vamos, vecinos que se apuntan a un bombardeo y que aguardan que su trabajo dé frutos. Y pronto.

María del Carmen se sacó su primer carné de voluntaria ambiental en Barcelona. "Ayudé a recuperar un bosque autóctono", relata. Es una de las fundadoras de Brigo, un colectivo que nació en 2015 para "defender los derechos e intereses de los vecinos y vecinas de la parroquia de Bergondo". Un propósito al que espera contribuir ahora también el desde el flanco ambiental.

Domingo es un jubilado de la construcción que quiere aprovechar al máximo su retiro. Está inscrito en varias entidades solidarias, en la asociación cultural y recreativa de Lubre y compaginará ahora sus labores de voluntariado ambiental con las que ya desarrollaba en el ámbito social. "Me movió el interés por cuidar el ecosistema, es importante coger conciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente", afirma este vecino, que ve en la proliferación de especies exóticas invasoras una de las principales amenazas a las que se enfrenta Bergondo.

Motivaciones similares a las que empujaron a Ana Regueiro. Esta auxiliar de enfermería, integrante de Cruz Roja, muy activa también en el campo vecinal y que no ve llegar el momento de poner en práctica lo aprendido durante el curso Como Manuel, un joven ingeniero en paro, que se muestra especialmente interesado en promover el reciclaje.

Todos ellos han recibido las primeras lecciones de Martiño Pérez, un biólogo que ha impartido el curso y que colabora también con el Concello en la erradicación de especies exóticas. Este especialista apela a la necesidad de actuar a nivel local y de la importancia de tomar conciencia para erradicar vertidos y escombreras y conseguir frenar la amenaza de las invasoras. Lo primero, explica, es de dar a conocer el patrimonio natural del municipio. Sus playas, las zonas de ribera y también la riqueza de sus rincones rurales. Valorar la biodiversidad del entorno es el primer paso para movilizarse. Y parece que su trabajo ha dado sus frutos: doce brotes verdes que espera que echen raíces y se extiendan por Bergondo.