Una vecina de Puxallos, una aldea de veinte casas en el municipio de Lalín (Pontevedra), salió a la puerta de casa sobre las tres de la tarde de ayer al ver la marabunta de personas y coches que aparcaron en la pista, junto al prado donde pastaban sus vacas marelas. Le explicaron, para su asombro, que allí había caído la cápsula que habían lanzado al mediodía desde el instituto de Ordes (A Coruña) los alumnos y profesores de este centro junto con los del Miraflores de Oleiros y el Vila de Cruces de Pontevedra.

La misión Marumasat de la Axencia Espacial Escolar Galega, la NOSA (en contraposición a la NASA), cumplió con éxito su segundo lanzamiento y la sonda regresó a tierra con datos que ahora serán analizados. Pero lo primero fue ver el estado en el que se encontraba el ser vivo que habían lanzado en ella, una lombriz. Sobrevivió. "Mira tú, ayer una lombriz cualquiera y hoy una lombriz astronauta", dijo una estudiante.

Si el año pasado esta singular iniciativa llevó la cápsula hasta cerca de los 25 kilómetros de altura, esta vez llegó a los 33.000, según los datos que recabaron a través de un programa de seguimiento. "Este año el proyecto era más ambicioso, queríamos llegar más alto y recoger más datos, medir la concentración de ozono en la atmósfera para determinar su posición y espesor", explicó Raquel Rendo, profesora de Tecnología en Miraflores de Oleiros.

Los alumnos de este instituto, bajo la tutela de la profesora, se encargaron de toda la parte tecnológica. El instituto Maruxa Mallo de Ordes llevó la promoción y gestión de medios (con una impresionante retransmisión en directo) y el instituto Vila de Cruces de Pontevedra se encargó de los experimentos biológicos.

"Empaquetamos las semillas germinadas de lenteja y garbanzo para cuando regresen plantarlas y ver si siguen creciendo o hay algún cambio. También va en otra caja un frotis, saliva mía, que luego al volver se congela y se analizará si las células siguen vivas. Y una lombriz, para saber si sobrevive", explicó Marta Blanco, del centro Marco do Caballón de Vila de Cruces.

Tras recibir la llamada de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) de que tenían luz verde para el lanzamiento, salió la cápsula, con un móvil, un GPS y una radiosonda que fue siguiendo Meteogalicia para conocer su posición en cada momento. Por las simulaciones realizadas ya sabían que caería por Lalín. La cápsula que subió al espacio llevaba una fotografía del anuncio de Gadis sobre la misión espacial gallega, además de frases en las que se auguraba que después de este paso, "la galaxia entera".

Los equipos de los tres institutos ahora, con calma, analizarán todos los datos científicos y meteorológicos recabados por la cápsula (temperatura, ozono, presión atmosférica, imágenes, etc.).