Un vecino de A Coruña que suele practicar actividades náuticas por toda la costa de la ría coruñesa presentó una denuncia en noviembre del año pasado ante el delegado del Gobierno en Galicia, por la apropiación del "dominio público" con la construcción de viviendas y escaleras encima de acantilados. Denunció las que observó desde Bastiagueiro hasta Mera e incluso un caso en Cirro (Sada). Cuatro meses después no recibió contestación de Costas y el pasado marzo presentó un escrito solicitando a la Dirección General de la Sostenibilidad de la Costa y del Mar que le informe de la tramitación del expediente y si se investigó.

La Delegación del Gobierno reenvió el escrito a la Demarcación de Costas en Galicia "para su valoración y efectos oportunos". Al mes siguiente, en diciembre, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó que Costas en Galicia iba a recuperar la posesión de oficio del dominio público ocupado por un pequeño tramo de escaleras que quedó colgado en el acantilado al final de la playa de Canaval. Señalaba que desconocía quién lo había ejecutado pero estaba "impracticable" y adelantaba que iba a ser demolido. Este tramo de escalera no figura en el listado del denunciante, sino que fue otra vecina la que informó.

La lista de ocupación de dominio público elaborada por este vecino de A Coruña incluye dos casas entre Santa Cristina y Bastiagueiro, una en punta Fieiteira que tiene una piscina al borde del acantilado y una escalera tallada en todo el farallón hasta el mar; y otra un poco más adelante, a la altura de la rotonda de Ché Guevara, que cuenta también con escalera privada con acceso a la playa.

El listado incluye tres casos en Espiñeiro, en la localidad de Mera. Aquí cita dos casas con puerta en la playa y almacén en dominio público. Una de ellas es la que investigó la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística de la Xunta porque se había hecho una obra subterránea encima del talud sin autorización y que generó temblores y desprendimientos en propiedades anexas. En la propia Rúa Espiñeiro también advierte de "una casa con puerta en la playa". Su última invasión del dominio público marítimo terrestre, que observó desde el mar, es una casa en la playa de Cirro "con puerta en la playa".

La costa oleirense presenta aún muchas más escaleras privadas que bajan por todo el acantilado hasta la playa, algunas ejecutadas en cemento otras talladas en la propia roca. Uno de los casos más llamativos está al lado de las viviendas de Espiñeiro denunciadas por este coruñés: una casa al borde del mar donde alguien cementó una gran parte del roquedal natural del acantilado que ahora tiene mejor acceso y una explanada ideal como solárium.