La nueva Lei do Solo ha obligado al Concello de Cerceda a reiniciar la modificación de las normas subsidiarias en el ámbito del plan parcial de O Castelo que inició en 2011 para legalizar la macrourbanización inacabada de O Xalo, ejecutada durante los años ochenta por Terra Nosa.

El Ayuntamiento se ha visto obligado a someter nuevamente a evaluación ambiental el proyecto para adaptarse a la nueva legislación ya que, a fecha de entrada en vigor del nuevo marco normativo, no había aprobado aún inicialmente el plan que comenzó a redactar en 2011.

La urbanización, anunciada en los ochenta como la promoción de lujo del área metropolitana, abarca los municipios de Cerceda y Carral, nunca llegó a tener los equipamientos anunciados y sufre serias carencias de los servicios básicos. El Concello de Cerceda reinicia la evaluación ambiental para aprobar un cambio en el planeamiento que saque a este complejo residencial del limbo jurídico en que se ha mantenido durante décadas al no completarse los proyectos de urbanización (delimitando el reparto concreto de parcelas y sistemas) y de equidistribución (otorgar las propiedades y hacer el reparto de las cargas).

La propuesta que plantea ahora Cerceda abarca el ámbito del Plan Parcial de O Castelo, que dispone de una superficie de 1.333.380 metros cuadrados y que se divide en tres polígonos. El primero (A) está edificado y cuenta con trazado viario aunque con deficiencias de urbanización. El segundo (B) tiene viales y el sur del ámbito A y C no tienen ni edificación ni trazado de viales.

El Concello plantea consolidar y colmatar el ámbito ya consolidado y reclasificar el polígono C y el sur del A (en verde en la imagen) en suelo rústico de protección forestal y en suelo rústico de protección de aguas (en gris). El Ayuntamiento plantea también reclasificar como suelo rústico de protección agropecuaria una pequeña parte del polígono B (en azul). El resto del ámbito permanecería como suelo urbanizable (en marrón).

El Concello ha optado por una alternativa que pasa por clasificar ya transformado como suelo urbanizado y dejar aquellos terrenos "no antropizados" como rústicos. La otra alternativa que barajaba y que ha descartado por "insostenible" consistía en delimitar todo el sector como urbanizable.

La superficie que quedará delimitada como urbanizable de admitir la Xunta la propuesta sería de 1.133.578 metros cuadrados. Solo 212.178 metros cuadrados quedarían como rústicos.

Cerceda admite en la memoria de esta modificación del plan parcial la necesidad de regularizar este ámbito dada la "importante carencia de infraestructuras y dotaciones". El Concello incide en que la situación actual impide la implantación de nuevas viviendas y que la falta de servicios y saneamiento acrecentarán los problemas medioambientales que registra la zona.

El equipo redactor de la modificación del plan parcial dibuja un escenario desolador de la realidad actual de la urbanización, en la que no hay ni rastro de los servicios y los equipamientos prometidos. Los urbanistas llaman la atención sobre el deterioro paulatino de este ámbito residencial; el déficit de servicios básicos de saneamiento y abastecimiento, que obliga a "importar agua durante los meses secos"; el "elevado caudal de vertidos de aguas residuales sin depurar al cauce del río Porta Antiga"; las "infraestructuras y accesos deficientes". Los redactores destacan también la total dependencia del coche privado y la ausencia en la urbanización de equipamientos comerciales, educacionales y sanitarios.

El Concello plantea en la modificación del plan parcial medidas para minimizar los daños en el medio natural, entre ellas, excluir del ámbito el cauce del río Porta Antiga; reforestar la zona con especies autóctonas y destinar el 10,3% de la superficie total de suelo urbanizable a zona verde.

La Xunta deberá decidir ahora si somete o no el plan a evaluación ambiental estratégica.