"Yo soy de Perillo de toda la vida y nunca había estado aquí ni sabía que había algo tan bonito", contó ayer una de las vecinas participantes en la jornada de limpieza de la ría de O Burgo que organizó la Asociación de Vecinos Colonia El Paraíso de Oleiros y en la que participaron una veintena de familias de la zona. Ruedas de coche, una cazuela de barro, decenas de plásticos y latas, puertas, un coche de juguete, una zapatilla, muchas redes y cuerdas, una papelera del mobiliario público del Concello de Culleredo, hierros o restos de poda, fueron algunos de los residuos de recogieron en una veintena de bolsas de basura tamaño comunidad.

"El objetivo de esta movilización es dar a conocer este espacio que forma parte de la Reserva de la Biosfera y que sin embargo está lleno de basura. Queremos que se respete la ría y se cuide pero también con este acto pretendemos que se respete el bosque de O Paraíso, que tiene árboles centenarios, es el último pulmón verde de O Burgo", explicó ayer Charo López, presidente de esta asociación constituida en 2011 con la finalidad de defender la preservación del medio ambiente y el entorno natural.

La urbanización O Paraíso, que mantiene el nombre de colonia como se inició en un principio, es un grupo de viviendas surgidas en los años setenta al borde de la ría, entre Beiramar y O Seixo, que aún conservan un entorno natural privilegiado, con zonas boscosas, senderos secretos o huertos que surgen en medio de un camino. Su gran zona verde era un bosque de grandes dimensiones y de árboles autóctonos como castaños, arces, ciruelos o robles. Un pulmón verde que ha ido disminuyendo de tamaño con el tiempo y sobre todo desde que en 2014 se talaron más de 300 árboles, lo que generó muchas protestas vecinales.

La tala fue el primer paso para la futura construcción de una urbanización de 92 viviendas, parte chalés y parte vivienda colectiva. Hace algo más de una semana el promotor, junto con técnicos del Concello, estuvieron en los terrenos donde se construirá, después de que la empresa comprase más fincas anexas que necesitaba, y ya marcaron los árboles que aún quedan además de hacer mediciones.

Al ver esta acción que implica el inicio de la puesta en marcha de este proyecto (ya está iniciado el trámite ambiental), la asociación de vecinos decidió comenzar un calendario de movilizaciones no para oponerse a la construcción sino a la destrucción de este bosque hoy ya menguado. El promotor en el proyecto asegura que integrará parte de los árboles para que rodeen las viviendas y le otorguen un toque "singular" aunque los residentes temen que se suprima del todo este último pulmón verde de la ría.

"Vamos a seguir haciendo más acciones para llamar la atención sobre este sitio, nos queda aún por limpiar la zona de la desembocadura del río donde hay un manantial y un lavadero ocultos por la maleza", cuenta Charo, que junto con otra madre, María, recuerdan cómo de niñas se bañaban en la piscina de casa y luego bajaban a bañarse a la ría y veían "tritones, ardillas, un zorro que comía las gallinas, lechuzas...".

"Ha sido muy bonito colaborar para que no se destruya este bosque", afirmó Xalo Souto, de 8 años, que participó, al igual que muchos niños, en esta jornada de limpieza reivindicativa. Los pequeños como premio recibieron helados. Antes participaron también en un taller de mantras y sensibilización ambiental impartido por el músico y compositor Robert Pier.

Integrantes del colectivo Coge3 que organiza actividades medioambientales, también estuvieron ayer en O Paraíso donde grabaron imágenes del que será su próximo documental, As bágoas da serea. Uno de sus miembros, Óscar García, que ya participó en White Waves (documental de denuncia de la contaminación del mar y las playas) .