Tras años de inactividad ante la agonía de la antigua fábrica de la luz, el Concello de Betanzos intentará salvar in extremis este edificio modernista, sobre el que pende una solicitud de derribo. El pleno aprobó por unanimidad la moción del BNG para agotar las vías de negociación con la empresa propietaria, Gas Natural Fenosa, y analizar incluso la viabilidad de la expropiación para garantizar un futuro uso público del inmueble.

Todos los partidos aprobaron la propuesta de los nacionalistas, aunque cuestionaron su procedencia legal de algunos de sus extremos. La moción prosperó con una enmienda de Betanzos Novo dirigida a suspender el procedimiento de concesión de licencias de parcelación de terrenos, edificación y demolición en este ámbito, a fin de estudiar la modificación de las normas subsidiarias para la catalogación de este singular edificio modernista.

La fábrica de la luz carece aún de protección pese a las reiteradas peticiones debatidas en pleno durante los últimos años. El primer intento de protección en el fallido plan general y, en 2017, el Ejecutivo inició envió un informe a la Xunta para pedir su catalogación tras aprobar en 2015 una moción en ese sentido de Betanzos Novo.

El alcalde, el socialista Ramón García, desveló en el pleno que la empresa propietaria de los terrenos no atendió durante los últimos años a sus requerimientos de una reunión para negociar una solución. El regidor afirma que desde 2015 solicitó en varias ocasiones que se tomasen medidas ante el deterioro del edificio y que la empresa solo accedió a limpiar el entorno y a tras interceder un tercero.

A consulta de este diario, Gas Natural Fenosa justifica su petición de demoler el edificio modernista en el riesgo de derrumbe que se deriva del mal estado de la estructura y del subsuelo del edificio.

Los grupos sospechan que la empresa tiene otros intereses y apuntan al estudio de detalle presentado hace años y que fue anulado por la vía judicial por afectar a zona de servidumbre de costas. Los terrenos sobre los que se asienta la fábrica modernista están clasificados como urbano residencial de media intensidad y, según las estimaciones de Betanzos Novo, permitirían una superficie construida de 8.700 metros cuadrados.

Todos los partidos tienen claro que la respuesta de la Xunta a la petición de catalogación del edificio diseñado por González Villar será crucial. "Esperemos que se proteja, a partir de ahí tendremos más armas para actuar", incidió en el pleno el alcalde. El tiempo juega en contra del Concello, que durante años permaneció impasible a la progresiva ruina.