La Feria Medieval llega este fin de semana a todos los rincones de Betanzos. El Concello, además de introducir una serie de novedades, desea que las representaciones lleguen a todas las calles y no se concentren solo en la plaza de la Constitución. Con esta iniciativa, el ambiente del medievo recorre todas las zonas e invita a disfrutar de la fiesta a vecinos, hosteleros y turistas. Miles de personas hacen un viaje al pasado hasta el domingo. El presupuesto de esta vigésima edición de la feria ronda los 75.000 euros y el Concello espera recuperar 60.000 en ingresos fruto de los puestos y las actividades, así como del gasto que hagan los visitantes en toda la ciudad.

Tras la escenificación de la danza de los nobles el viernes, el sábado cómicos, malabares y actuaciones de magos darán paso a la llegada de los moros a la plaza de la Constitución para exigir a la ciudad de Betanzos que entregue a sus doncellas. El domingo, se representará la expulsión de los leprosos en la plaza de los hermanos García Naveira.

El cantón Claudino Pita será el escenario del campamento medieval mientras que la plaza García Hermanos estará dedicada a los más pequeños. El recuncho infantil, que fue un éxito el año pasado, contará con más juegos y actividades para el disfrute de todos.

El objetivo del Concello este año es que la Feria Medieval invade todo Betanzos para vivir la celebración más intensamente. La plaza de la Constitución no será el centro de las actividades, ya que estas se distribuirán por distintas zonas. La cetrería, por ejemplo, se establecerá en la Rúa Nova para dejar libre el atrio de Santa María, donde está programado que se realicen diferentes representaciones a lo largo de los tres días.

En total habrá 135 puestos de venta que se ubicarán por Porta da Vila, Rúa do Castro, plaza de la Constitución, Santiago, Roldán, Pescadería, plaza Fernández Pérez de Andrade, Santa María y San Francisco. Además de los trabajadores, habrá más de un centenar de voluntarios que participen en las actividades y casi 50 personas se encargarán de velar por la seguridad en una fiesta que suele congregar a un gran número de curiosos. El alcalde de Betanzos, Ramón García, confesó que esta celebración repercute "en la economía, comercio, gastronomía y hoteles" de la ciudad.