Retrasos de una hora se registraron ayer para acceder al aparcamiento de la playa de Miño, que el pasado 1 de julio empezó a ser de pago. Los usuarios tuvieron que esperar más de 45 minutos para conseguir su plaza de aparcamiento porque tan solo había dos empleados registrando las horas de entrada y salida de los vehículos, que debían marcar la hora de entrada, ya que este año se cobrará por tramos en lugar de aplicarse una tarifa plana. El alcalde, Ricardo Sánchez Oroza, explica que la obligación de marcar la hora retrasa el acceso, que se produjo "en hora pico", causó las colas y asegura que comprar máquinas que señalen la hora de modo automático "no compensa".

Los conductores, muy enfadados por la situación, trataron de arrancar los postes de madera de la entrada para acceder al recinto sin acreditación. Poco más tarde, la Policía Local mandó permitir la entrada libre a los vehículos. El alcalde asegura que se adoptó esta solución para atajar el colapso y que hoy estudiará medidas.