La Feria Medieval de Betanzos celebra hoy, domingo, su último día, de nuevo con pasacalles y puestos del mercado. A las 13.00 horas se escenificó la expulsión de los leprosos y a las 18.00 horas, un torneo medieval a caballo y espectáculos de magia, danza o cetrería.

Betanceiros y visitantes revivieron ayer el episodio en que la ciudad se plantó ante los moros y se negó a entregar a las seis doncellas que se le exigían como tributo para enviar al Califato de Córdoba. La recreación fue el plato fuerte de la mañana en la segunda jornada de la Feira Franca Medieval, que durante todo el día ofreció espectáculos de música, magia o cetrería y juegos infantiles por las calles del casco histórico y la plaza Irmáns García Naveira, además de los puestos de venta de artesanía.

Al grito de "¡Muerte a los moros!", decenas de betanceiros, la mayoría armados con horquillas y algunos con hoces, reclamaron a los moros que renunciaran a la entrega de las seis doncellas, tres nobles y tres plebeyas. Los moros se negaron y el padre de una de las campesinas que iban a ser entregadas decidió matarla antes de darla al Califato, momento en que se desató la batalla. Los betanceiros plantaron cara a las tropas de Yussuf Hammar y las derrotaron, de modo que las jóvenes fueron liberadas. Un narrador explicó que los betanceiros de Medievo, a falta de armas, se valieron para esta lid de ramas de higuera, por lo que este episodio se bautizó como la " batalla das figueiras".

Antes de la lucha, los espectadores pudieron disfrutar de un espectáculo de danza del vientre, también en la plaza de la Constitución. El grupo de música tradicional Acibreira acompañó la representación y arrancó el baile tras la victoria betanceira.

Por la tarde, los asistentes pudieron revivir episodios de la lucha irmandiña. La jornada ofreció también actuaciones de malabares, pasacalles musicales y de cómicos, un rincón infantil o un campamento medieval, en le que se representaron combates entre caballeros, tiro con arco, juegos para niños y talleres de exhibición de oficios tradicionales como telares de lino, trabajo con cuero o un taller de herrería. Los combates corrieron a cargo de Especialistas Hípica Celta. Para terminar la jornada, a medianoche se celebró un espectáculo de pirotecnia, zancudos, fuego y un aquelarre.

Entre los puestos se encontraban desde joyas, marroquinería, juguetes o joyas hasta especias, tés, inciensos, quesos o empanadas. Además, en la plaza de la Constitución había palilleiras y canteros.