Fibroarteixo es la primera asociación del municipio para personas que padecen fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica o el miofacial. La presidenta de la entidad, Esther Rodríguez, la fundó este año junto a otras compañeras. El Concello les cedió el local del que disponen en el número 10 de la calle Maestro Mateo el pasado 12 de mayo, el Día Mundial de la Fibromialgia. Allí se ofrecen diferentes actividades, entre ellas risoterapia, yoga adaptado para personas con movilidad reducida, musicoterapia, colorear mandalas o terapia en grupo llevada a cabo por especialistas. También resuelve dudas, tienen una abogada y una gestoría y ofrecen descuentos de hasta el 50% para sus socios en el ámbito privado, como por ejemplo en fisioterapia.

La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta en España a más de un millón de personas, de las cuales el 90% son mujeres. Se caracteriza por dolores musculoesqueléticos en diferentes áreas del cuerpo y está asociada a múltiples síntomas, entre los que destaca la fatiga, el sueño no reparador o la cefalea. En A Coruña existen asociaciones relacionadas con esta enfermedad, pero en Arteixo, donde viven muchas personas que padecen fibromialgia, no existía ninguna. "Por este motivo otras compañeras y yo, todas afectadas por la enfermedad, decidimos llevar a cabo este proyecto; además, yo vivo aquí", explica Rodríguez. Aunque Fibroarteixo está solo en el concello, la idea es abarcar también, por proximidad, A Laracha y Carballo, explica la presidenta de la asociación.

La financiación de la asociación procede de las cuotas que pagan los socios y de las subvenciones para realizar algún evento o actividad. Quienes quieran formar parte de ella, podrán contactarla a través de su página web www.fibroarteixo.org o de su página en la red social Facebook. El horario de apertura del local es de 17.00 a 19.00 horas los lunes y de 10.00 a 13.00 horas los miércoles.

"La enfermedad es muy antigua, pero fue reconocida como tal hace muy poco tiempo", explica Rodríguez. No fue hasta 1992 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incorporó a su clasificación internacional de enfermedades. Actualmente todavía sigue creando cierta polémica y no todos los médicos la consideran enfermedad, por lo que "su diagnóstico se hace más difícil", matiza. "Al principio das muchas vueltas porque tienes muchos síntomas y visitas muchos médicos diferentes", relata la presidenta. Cada uno da un diagnóstico diferente hasta que, "casi siempre de rebote", se llega hasta un reumatólogo, que es quien puede diagnosticarla.

"El tratamiento es muy difícil porque hay muchos síntomas que tratar, por lo que se pueden llegar a tomar más de veinte pastillas diarias", cuenta. Por ejemplo, una para el estómago, otra para dormir, otra que daña los riñones, por lo cual es necesario tomar otra que los proteja, y así sucesivamente, se extienda Esther Rodríguez. Normalmente es el reumatólogo el que da la dosis, pero es el médico de cabecera el que hace el seguimiento. Lo único que se consigue con esto "es paliar el dolor, pero nunca desaparece del todo". Además, las personas que tienen problemas de ansiedad también pasan por el psiquiatra o el psicólogo.