La regata de embarcaciones caseras de Suevos cumplirá esta tarde treinta ediciones. Nació como un juego para una pandilla de chicos de A Coruña que veraneaban en esta zona de Arteixo y con el paso del tiempo se convirtió en una popular carrera que atrae a decenas de espectadores al puerto de Suevos cada mes de agosto. El Club Náutico Langosteira es el encargado de organizarla. Su presidente, Carlos Docampo, casi no se cree que esta regata haya durado treinta ediciones y destaca que es "de las más antiguas de Galicia".

Esta prueba consiste en recorrer la distancia que separa la playa de Area Grande y el puerto de Suevos a bordo de una embarcación construida de manera artesanal y con materiales totalmente reciclados. El presidente del Náutico explica que ya hay más de treinta inscritos en la edición de este año, que se celebrará hoy a las 17.00 horas. Da la casualidad que la regata se realizará exactamente el mismo día que en la primera edición, que se celebró el 27 de agosto de 1988.

El origen de esta particular competición se remonta al año 1987, cuando varios chicos de A Coruña que solían veranear en Suevos vieron una regata en la playa de Riazor. La organizó la empresa Leyma para promocionar los envases de tetrabrik que acababan de salir al mercado. El presidente del Club Náutico Langosteira, Carlos Docampo, recuerda que los participantes debían navegar en lanchas "fabricadas con tetrabrik". Estos jóvenes lo vieron y decidieron hacer una carrera similar en Suevos, pero con "materiales de desecho". Así surgió esta particular competición que ha perdurado hasta la actualidad.

La primera regata se celebró el 27 de agosto de 1988. Ese día se lanzaron al mar 14 embarcaciones caseras, según recoge el pequeño libro que elaboró el Club Náutico en 2012 para recopilar la historia de esta competición. Carlos Docampo asegura que la idea inicial "era montar artilugios, pasarlo bien y pasar un día distinto". La regata triunfó y perduró en el tiempo. "Venía gente de aquí y sus amigos. No tardó la cosa en hacerse internacional", relata el presidente de la entidad.

La primera norma que se estableció es que ninguna embarcación podía ser probada antes de la celebración de la regata. Después se prohibió el uso de neumáticos a modo de flotador y se acordó que cada lancha debía transportar como máximo a dos participantes. Tampoco estaba permitido el uso de motores. Los organizadores también acordaron que todos los materiales de la embarcación debían ser reciclados, incluidos los remos.

Poco a poco la competición alcanzó cierta popularidad. El presidente del Club Náutico Langosteira asegura que uno de los participantes viene todos los años desde Jaén. "Tiene unos amigos de Suevos", afirma Docampo. Decenas de espectadores acuden habitualmente a presenciar esta carrera de Suevos. Las mejores embarcaciones reciben un premio.

Los participantes de la regata suelen tirar de imaginación para construir sus embarcaciones. El año pasado hubo una barca que se asemejaba a una de las clásicas furgonetas asociadas al movimiento hippy, otra con forma de lápiz y una reproducción de una lata de cerveza gallega.

Docampo señala que este año los organizadores han llamado "a gente que no ha participado desde hace años" para celebrar el trigésimo aniversario.