Casi cinco años después de que Oza dos Ríos y Cesuras aprobasen de forma definitiva la fusión, el nuevo municipio ha sacado a contratación los trabajos para unificar su urbanismo, que actualmente camina a dos velocidades. El territorio de Oza se rige por un plan general aprobado en 2001, mientras que Cesuras no dispone de PGOM y debe guiarse por unas normas subsidiarias de 1997.

El Ayuntamiento ha sacado ahora a contratación por 167.000 euros la redacción del Plan Xeral de Ordenación Municipal, un instrumento clave para garantizar el crecimiento ordenado del municipio. El Gobierno local licita los trabajos mediante un procedimiento restringido y con un plazo de ejecución de 35 meses sin posibilidad de prórroga. El documento urbanístico deberá estar concluido y entregado antes del 1 de noviembre de 2020.

La redacción del plan general se elaborará con cargo a a una ayuda de la Xunta. La subvención autonómica llega casi tres años después de que la Secretaría Xeral de Ordenación do Territorio se comprometiese a agilizar su concesión para que el municipio pudiese "disponer a corto plazo de un instrumento de planeamiento de futuro". La Consellería de Medio Ambiente admitía recientemente que resulta urgente "poner fin a una situación transitoria que ya se percibe como injusta y discriminatoria" y que "puede causar graves problemas y disfunciones".

El nuevo plan general deberá despejar una de las incógnitas que más incertidumbre generó durante el proceso de fusión: las determinaciones urbanísticas que regirán el municipio más rural y envejecido, el de Cesuras. Y es que plan de viabilidad de la fusión de Oza y Cesuras no hacía ninguna mención al futuro urbanístico del nuevo concello. Esta omisión no solo suscitó las quejas de la oposición, si no también de vecinos de Cesuras que presentaron alegaciones al proyecto de la alianza, temerosos de las consecuencias del proceso en sus propiedades y en el futuro desarrollo de este pequeño municipio. El hecho de que Cesuras fuese un concello sin un núcleo definido, población muy dispersa y eminentemente forestal suscitó los temores de parte de los vecinos, que vaticinaban que su concello sería absorbido y relegado a un entorno forestal de Oza, sin apenas crecimiento.

En respuesta a sus alegaciones, el extinto Concello de Cesuras se limitó a introducir un párrafo en el plan de viabilidad en el que se limitaba a plasmar su compromiso de elaborar un instrumento que estableciese las directrices de crecimiento del pueblo.

El plan general arrojará también luz sobre otros proyectos urbanísticos anunciados hace años y que no llegaron a plasmarse, como el de la planta de Coca-Cola o la estación de biomasa de Ence. La falta de noticias sobre el desembarco de Begano llevó hace uno año al alcalde, Pablo González Cacheiro, a advertir de la posible recalificación de los terrenos, que fueron objeto de una modificación puntual para facilitar la instalación de la planta.

A pesar de que Oza-Cesuras no ha tenido el tirón industrial que vaticinaba el plan de viabilidad, la Xunta insta a "priorizar" en el plan general a "posibilitar la implementación de industrias, habilitando para tal fin el suelo industrial que resulte preciso" y a velar porque respete la clasificación actual del suelo y la delimitación de los núcleos".