Recordar la infancia, sentir el cariño incondicional, volver a jugar, recuperar la alegría y sentirse realmente relajado, aumentar la sociabilidad y la comunicación. Son solo algunos de los muchos beneficios que van a tener mayores como Amadeo Varela y Aurora Carro de la residencia asistida de la Xunta en Pousada (Oleiros), gracias al programa de terapia canina que se desarrollará durante un año en estas dependencias. La idea de la actividad surgió del director de la residencia que encontró la ayuda en el Club de Leones de Oleiros, que financiará la terapia que impartirán profesionales del Centro Canino Montegatto de Oza-Cesuras durante un año.

Los mayores de esta residencia ya pudieron conocer ayer a uno de los canes del centro canino, el más famoso de Galicia, Fusco, habitual en distintos eventos benéficos y deportivos, y protagonista de un conocido anuncio de televisión. "Serán sesiones mensuales durante un año, una vez al mes, aunque si podemos vendremos dos. Vendrán perros de diferente temperamento y con diferentes cualidades, unos más activos, otros que hacen señales de apaciguamiento y otros que son más de tipo olfativo, para realizar ejercicios de comunicación", explicó Tito Villazala, responsable de Montegatto.

"Conocía el trabajo de Montegatto de cuando yo era director del Santiago Apóstol. Allí vimos cosas increíbles de mejoras de pacientes con perros. Había un niño que no podía andar en línea recta y sin embargo cuando estaba con el perro lo hacía perfectamente", relató el director de la residencia, Tino Piñeiro, quien señaló que aproximadamente la mitad de los mayores del centro se podrán beneficiar de esta terapia (los que no son grandes dependientes).

Las clases, con entre quince y veinte usuarios por sesión, empiezan ya este mes y terminarán en septiembre de 2018. Unas 240 personas se beneficiarán de esta actividad en la que los residentes podrán pasear con los perros, cuidarlos (cepillarlos), realizar cursos de agility con ellos y con entrenadores y cuidadores, además de hacer pruebas de obediencia y realizar juegos.

"Los mayores, en cuanto llegan los perros, les cambia la cara. Les recuerda su infancia y su juventud, al mismo tiempo es una actividad lúdica y siempre es terapéutica. Los perros hablan un lenguaje no verbal lleno de emociones", subrayó Villazala.

Esta terapia canina con los mayores la financia el Club de Leones de Oleiros, con representantes como Ricardo Gómez, que ayer acudieron a esta presentación de la actividad en la residencia ya la firma del acuerdo con el centro canino.