El Concello ha procedido a la instalación de cámaras en distintos puntos de Arteixo para controlar los vertederos ilegales. Desde hoy, este sistema identificará a los infractores que serán sancionados con multas de entre 900 y 45.000 euros, según la gravedad de vertido y los materiales que se tiren sin control.

El Ayuntamiento decidió llevar a cabo esta práctica para poder localizar a aquellos que atentan contra el medio ambiente. Será una nueva alternativa para sancionar a los que depositan sus residuos en determinadas zonas del concello. Hasta ahora, el procedimiento para conocer en qué puntos se acumulaba la basura se centraba en informes de la Policía Local, Guardia Civil y Policía Autonómica así como avisos por parte de los Guardias Ambientales. Los vecinos también son parte fundamental de este proceso ya que en ocasiones el área de Medio Ambiente detecta vertederos ilegales a través de sus avisos.

Una vez localizado el basurero, el Servicio de Vigilancia del departamento de Medio Ambiente realiza un informe sobre sus características y analiza el lugar donde se encuentra, el volumen que ocupan los residuos depositados y el tipo de desechos. También se elabora un reportaje fotográfico y un plano de localización. A continuación, se procede a la retirada del vertedero ilegal, que se produce en un periodo inferior a dos semanas desde el momento de su localización.

Con la instalación de las cámaras en lo puntos más susceptibles para convertirse en basureros, el Concello aumenta el control sobre ellos y sus posibilidades de localizar a los infractores, que serán sancionados.

El departamento de Medio Ambiente inició esta lucha contra los vertederos ilegales en el año 2005, cuando creó el protocolo para su localización y eliminación. Desde entonces, en total se han detectado y retirado 502 basureros de estas características. El año pasado se localizaron 141 vertederos, una cifra récord que se debe, según el Ayuntamiento, a la concienciación y sensibilización de los ciudadanos, que se implican para denunciar estas prácticas. Hace 12 años, fueron eliminados 20 basureros. La cifra se mantuvo hasta 2013, cuando dio un salto a los 56. El aumento continuó en 2015, con 61 vertederos eliminados. Muy lejos de los 141 del 2016.

Además de sancionar estas prácticas ilegales con multas de entre 900 y 45.000 euros, el Concello investiga el origen y los causantes de los mismos, así como los distintos residuos que se depositan en estas zonas y que atentan contra el medio ambiente. Como norma general, estos vertederos se encuentran en caminos y pistas de zonas rurales, aunque también se han detectado cerca de zonas urbanas. "Lo que sí se puede afirmar es que el origen de estos residuos parece ser la realización de pequeñas reparaciones domiciliarias y mudanzas. Aun así, se han detectado residuos procedentes de obras mayores y actividades mercantiles o industriales", denunció el concejal de Medio Ambiente, Víctor Merelas.